“Veo a Nat King Cole, Nature Boy. Veo a un muchacho raro y encantado, un artista tremendamente sofisticado, atravesado por la música, que ya es posmoderno. Es una persona diferente a quien soy ahora”, responde Bob Dylan al escritor y productor televisivo Bill Flanagan, al preguntarle si ve una persona diferente cuando mira sus videos de hace 40 o 50 años.
La entrevista fue publicada hace unos días en el sitio web oficial de Bob Dylan y es la primera que concede luego de ganar el Premio Nobel de Literatura. Se la concedió a Flanagan, quien tiene entre su historial haber escrito los libros Written in My Soul (1986), Last of the Moe Haircuts (1986) o U2 at the End of the World (1995).
Esta vez tiene una conversación con Dylan, sin mencionar el premio, que en su momento fue polémico y que ha abierto la brecha de la literatura: “El Premio Nobel para Bob Dylan ayudará a borrar ese doble rasero […] el de exaltar la poesía escrita y despreciar la poesía cantada”, dijo el escritor nicaragüense Sergio Ramírez.
La entrevista que Flanagan hace a Dylan fue con el propósito de hablar de Triplicate, la nueva producción discográfica que sale a la venta este 31 de marzo. Son tres discos, con un total de 30 canciones, que toca junto a su icónica banda compuesta por Tony Garnier en bajo, Charlie Sexton y Dean Parks en guitarras, Donnie Henon en guitarra steel y George Receli en batería- a la que eventualmente se suma un conjunto de metales con arreglos de James Harper.
“Estas canciones son para el hombre de la calle, el hombre común, la persona común. Tal vez sea un fan de Bob Dylan, tal vez no, no lo sé (…) Tenía una idea de dónde estaban, pero no me había dado cuenta de lo mucho que la esencia de la vida está en ellos: la condición humana, cuán perfectamente las letras y melodías están entrelazadas, qué tan relevantes son para la vida cotidiana, materialista”, dijo sobre su disco.
Los tres discos suman unos 96 minutos, con 30 nuevas grabaciones de clásicos de la música americana, que podrían haber entrado en dos compactos. Pero no sería lo mismo, ya que las canciones de cada disco comparten una cierta temática. La forma tripartita obedece no sólo a una simetría, sino también a un contenido. El primer disco habla del desengaño o la pérdida amorosa; el segundo, a modo de compensación, de amores reales o amores soñados; el tercero, más distanciado y otoñal, está un poco más allá de la dicha y la desdicha.





