Para tener un control total en el estado de Veracruz, al feudo panista de la familia Yunes, no le importa estimular los cacicazgos en el sur de la entidad. Los mismos que lucharon contra un cacicazgo priista de más de 70 años, ahora pretenden heredarse el poder de padre a hijo y para ello ya preparan el terreno.
Por ejemplo, Miguel Ángel Yunes Márquez, se burla, se mofa de los soconusqueños. Así lo demostró al terminar la reunión con alcaldes sureños y candidatos a las alcaldías de municipios sureños, después de tomarse la foto con el delegado en la zona de la Sedesol, Jorge Baruch Custodio, y su hermano (compadre de Ponciano Vázquez Parissi), alcalde priista de Cosoleacaque, Carlos Damián Baruch Custodio.
“Los Yunes de Soconusco”, les dijo el probable candidato a la gubernatura de los próximos seis años, a los hermanos Baruch, quienes desde 2008 administran los recursos del municipio salinero.
De esta forma, los Yunes azules demuestran que es PAN con lo mismo. Haber llegado al más alto poder en Veracruz, pues muy difícil querrán dejarlo, buscarán perpetuarse y si para lograrlo hay que apoyar a caciques, lo harán, valiéndoles que esos feudos locales, provengan del PRI.
Así es el caso de Gilberto Guillén Serrano, tres veces alcalde en el municipio de Jesús Carranza, quien propuso por el PAN–PRD a su hija Teresa Guillén Trinidad y fue aceptada, así que el apoyo para esa candidatura no sólo llegará del Gobierno del Estado, sino del Ayuntamiento. Todo el aparato gubernamental estará de lado de la heredera.
Guillén Serrano, aún priista, pues no se conoce su renuncia al tricolor, negoció con la familia Yunes, para apostarle y ganar el municipio, pintarlo ahora de azul. Es una muestra del Plan Azul, que no pretende soltar la gubernatura, por los menos en los próximos ocho años.