ANTES LAS ELECCIONES MUNICIPALES ERAN DEL PUEBLO; HOY PERTENECEN A LOS PARTIDOS POLÍTICOS NACIONALES.

En México a medida que el tiempo pasa, el empoderamiento de los partidos políticos nacionales, avanza sin mas limite que la capacidad de sus dirigentes, para construir estrategias que les permitan ocupar posiciones, sin importar los beneficios o perjuicios que se causen a la sociedad, pues lo que más interesa a las dirigencias partidarias, es aumentar su fuerza para incidir en las decisiones y planes del gobierno colocando a sus incondicionales militantes, quienes están obligados al desempeño de funciones, en reciprocidad a quien les ha otorgado esos privilegios, devolviendo o canalizando presupuestos públicos que incluyen el financiamiento del partido y los estímulos a sus dirigentes, bajo el nombre de prerrogativas de las que nadie rinde cuentas. Y si se rinden cuentas ante los organismos electorales, por la complicidad existente, debido a que en los organismos electorales todos los partidos tienen una cuota de representación, la aprobación de cualquier rendición de cuentas, resulta inminente, sin responsabilidad para quienes dispusieron de las prerrogativas de los partidos, porque hasta hoy no se ha sancionado, ni consignado y mucho menos encarcelado, a los líderes de los partidos políticos que han dispuesto para su provecho personal, de los recursos económicos de cada partido.

Los acuerdos de alianzas y coaliciones entre partidos políticos y asociaciones, a veces antagónicos en sus ideologías plasmadas en sus documentos básicos, como es el caso de la alianza entre el PAN y el PRD, solo por poner un ejemplo, ya que el partido del Sol Azteca desde su fundación y hasta la fecha, ha enarbolado la bandera del socialismo; en cambio, el partido Acción Nacional, desde su fundación encabezada por don Manuel Gómez Morín, se ha declarado como un partido conservador, defensor de la empresa privada y de los grandes capitales, ganándose por consiguiente el señalamiento público de ser un partido de la extrema derecha; y si bajo esas circunstancias, se observa que las dirigencias nacionales están centralizadas y ejercen un monopolio sobre las candidaturas a puestos de elección popular, se concluye que lo que menos importa es el interés de la colectividad, de la gente que se desprende de una parte de su patrimonio para pagar los impuestos, con los que se mantiene todo el entramaje de la Partidocracia gobernante.

Uno de los defectos que se observan en la designación de los candidatos a puestos de elección popular, consiste en que éstos no responden a los intereses mayoritarios de los electores; sino que solamente responden a sus protectores y padrinos, quienes desde las oficinas centrales, ejercen cacicazgos, generados por la rotación en los puestos públicos, de un grupo de incondicionales que pasan de un ayuntamiento, a una diputación local o federal, y saltan de una cámara a otra sin enfrentar responsabilidades ante la ciudadanía, puesto que la protección de sus padrinos, alcanza para evadir cualquier rendición de cuentas que corresponda a las funciones encomendadas. Y si hubiera algún tropiezo en el resultado electoral, los jefes de los partidos políticos nacionales, como tienen mano para establecer acuerdos con otros dirigentes partidarios, en la designación de Magistrados y Consejeros electorales, han llegado a alcanzar tanto poder, que ya sus protegidos no necesitan forzosamente ganar una elección en las urnas, puesto que el enorme poder de los dirigentes de los partidos, hace ganar en los tribunales lo que no se pudo lograr al final del proceso electoral. Ahora se afirma, que un voto de los Magistrados de los Tribunales Electorales, tiene más valor que cinco mil votos de los electores en las urnas; y que en elecciones de gobernadores y de presidente de la república, el voto del consejero electoral, llega a representar lo mismo que cincuenta mil votos o cien mil sufragios depositados en las urnas correspondientes.

Ante esta Partidocracia que se padece en la República Mexicana, no queda más camino a los miembros de la clase política en general, que SUMAR amigos y cómplices dentro de los partidos y organismos electorales; que SUMARSE a la corrupción de la Partidocracia; o SUMIRSE y esperar a que pase el temporal o la mala racha para el grupo político al que pertenece. Los argumentos para justificar las decisiones de las dirigencias nacionales de cada partido, resultan insubstanciales, carecen de una base sólida y violan el derecho constitucional de los candidatos, derecho que por establecerlo la Carta Magna, no debería pasarle por encima, ninguna disposición secundaria, como serian los códigos y leyes electorales y los acuerdos cupulares entre partidos; léase el articulo 133 de la Constitución Federal, que establece el principio de Supremacía. No se puede entender porque razón, deciden con los plazos electorales encima, que en lugar de un precandidato con arraigo popular y base social, quede a la zaga, sin que valga a su favor una elección local de los militantes y simpatizantes de un partido, para ser sustituido arbitrariamente por una decisión centralizada, por otra candidata desconocida en la municipalidad a la que aspira presidir, carente de conocimientos básicos de las necesidades de sus habitantes; y sobre todo, carente de compromisos de trabajo con sus potenciales electores. Vendrá la campaña por el término improrrogable de un mes, término insuficiente siquiera para conocer las más de seiscientas colonias y congregaciones que conforman la capital del estado de Veracruz, por lo que de llegar a ganar quien finalmente represente los intereses de los partidos, aunque no de los electores, los resultados de su gobierno serán desastrosos, y los millonarios recursos del presupuesto municipal, servirán para provecho personal de los que formen parte de los círculos de poder municipal, en contubernio con padrinos y protectores que operan para todo el país, desde el centro de poder que radica en la Ciudad de México.

Por desgracia para los mexicanos, además de sufrir las amenazas y persecuciones del gobierno norteamericano de Donald Trump, hay que aguantar las componendas y corrupción de los partidos políticos en general, pues no hay uno que quede a salvo de las negociaciones en “lo oscurito” y a espaldas de la población hasta para la integración de las planillas que se habrán de desgarrar vestiduras, para lograr las presidencias municipales, las sindicaturas o de perdido, las regidurías, puestos públicos de donde saldrán los generosos sueldos y compensaciones de quienes logren protestar sus cargos el día primero de diciembre del año en curso. De todos modos, que nadie de los ungidos candidatos, se sienta seguro en el cargo, hasta el día que aparezca en la nómina y cobre su primer sueldo; del plato a la sopa, se les puede caer la sopa.