Arranca mal separación entre Gran Bretaña y la Unión Europea

Gran Bretaña entregó ayer a la Unión Europea los “papeles de divorcio”, pero lo hizo de mala manera, con un chantaje de la primera ministra británica, Theresa May, que aleja toda posibilidad de una negociación tranquila que culmine con una separación dentro de dos años —el 29 de marzo de 2019— lo menos traumática posible.

“No hay marcha atrás”. “Este es un momento histórico y no hay marcha atrás”, declaró solemnemente May en la Cámara de los Comunes, que calificó el proceso iniciado ayer como uno de los más importantes que toma el Reino Unido desde la Segunda Guerra Mundial. Mientras tanto, su embajador en Bruselas entregaba al presidente de la Comisión Europea, Donald Tusk, la carta, firmada un día antes por la premier británica, donde invocaba el artículo 50 del Tratado de Lisboa, aprobado veinte años antes a petición del Reino Unido para regular las negociaciones de salida de un estado miembro, algo que nunca había ocurrido en los 60 años de existencia del proyecto europeo, y ha sido el primer país en acogerse a él.

Carta envenenada. Todo parecía ir relativamente bien durante una breve ceremonia, en la que Tusk subrayó que “no hay ninguna razón para pretender que es un día feliz aquí [en Bruselas] o en Londres. La mayoría de los europeos y cerca de la mitad de los británicos deseaban permanecer juntos”. Sin embargo, el contenido de la carta indignó a los líderes comunitarios, ya que, a parte de una declaración de buenas intenciones, con el deseo de la premier de “forjar una relación especial y profunda con una Unión Europea sólida”, en su interior detallaba algo muy parecido a un chantaje: Si la Unión Europea no se apretaba a negociar una salida “aceptable” para Londres, el gobierno británico se vería en dificultades para cooperar en campos tan sensibles como la seguridad o la colaboración en la lucha contra el crimen.

Por consiguiente, concluía la misiva, “es necesario acordar los términos de la futura relación al mismo tiempo que los de la separación de la Unión Europea”.