México en lo político ha sido “siempre fiel” y a los activistas, promotores de los nuevos partidos políticos, les ha ido bien en lo económico, aunque les ha costado trabajo convencer al electorado, para cambiar de preferencias y votar por las nuevas opciones, que generalmente presentan candidatos inconsistentes, impreparados, sin trabajo político y lo peor, cuando logran ganar una elección, se deslumbran con los privilegios y canonjias inherentes al cargo público, que representa apenas un granito de arena en el desierto; y en muchos de los casos, los nuevos partidos y sus inexpertos candidatos se convierten en “debut y despedida”; ejemplos sobran desde que los organismos electorales han tenido la facilidad para otorgar franquicias, que junto con el subsidio de rigor, permite a los nuevos partidos políticos, cumplir su compromiso como satélites de los grandes partidos y como comparsas, dispuestos todos, a levantarle la mano al presunto ganador de una elección, para legitimar dudosos triunfos, pero siempre a cambio del subsidio que forma parte del gasto público y por consiguiente proviene de los impuestos que paga el contribuyente para el sostenimiento del estado.
Desde luego que no se puede dejar de ver, la función pulverizadora y fragmentaria de los votos, a cargo de los nuevos partidos políticos, los que acatando instrucciones de sus patrocinadores, sirven para quitarle votos a los grandes partidos o para acarrearle votos que definan el triunfo de candidatos que cuentan con un capital político mínimo para alcanzar el triunfo, y que gracias a los novedosos y pequeños partidos, puede aumentar el número de votos que definan la elección. Para los ciudadanos, las campañas políticas y su exagerada difusión en medios, en vez de generar un entusiasmo en los potenciales electores, ocasiona molestia, por la falta de creatividad de los encargados del marketing político, pues siempre es más de lo mismo; o por la ruidosa repetición de los spots, que cansan e irritan a los destinatarios, en vez de convencer a los electores, para que el día de la jornada electoral, se presenten a las casillas a emitir un voto razonado, previamente pensado y decidido por convicción y sin que pueda cambiar durante el trayecto del elector, desde que sale de su casa hasta llegar a la casilla. Esto último ha desaparecido casi por completo, porque muchos electores, son convencidos hasta por los funcionarios de casilla, de emitir su voto por determinado candidato o partido; sin contar, con aquellos que compran en la casilla el voto y le exigen al elector, una fotografía de la boleta, a través del teléfono celular, que es una práctica ilegal, delictiva, pero que resulta de lo más sencillo para echarse unos pesos a la bolsa; aunque después el elector se dé de topes en la pared, cuando sufre en carne propia, los desatinos del elegido.
La efervescencia política en el Estado de México, alcanzó ya su máxima expresión y en los debates entre los candidatos, difundidos por televisión, se muestra el coraje y la decisión de tres de los ocho candidatos, con posibilidades de llegar al triunfo, por haber sido postulados por las principales fuerzas políticas del Edomex. Doña Josefina Vázquez Mota, atrapada en la justificación de los mil millones de pesos que el gobierno de Peña Nieto le entregó a través de su fundación “Juntos Podemos”, con el señuelo de aplicarlos en beneficio de los migrantes mexicanos radicados en los Estados Unidos; hasta hoy no hay cuentas claras y por si fuera poco, se filtró de la PGR, que hay Carpetas de Investigación en contra del padre de Josefina, de su esposo, de seis hermanos y de quién sabe cuántas personas más, quienes por influencias políticas o por relaciones oscuras, recibieron diecisiete millones de pesos, sin justificación y sin destino, por lo que ahora presuntamente se han cometido delitos por lavado de dinero, enriquecimiento ilícito u operaciones con dinero proveniente de alguna mafia. La que fuera fallida aspirante presidencial en 2012, antes flamante Secretaria de SEDESOL con Vicente Fox, y después Secretaria de Educación y Diputada Federal panista, mostró debilidad por el dinero fácil y para los observadores políticos, mordió el anzuelo que la tiene prendida, sin poderse zafar para seguir libremente la causa política que invoca. Inició la precampaña en primer lugar de las encuestas y a una semana de iniciada la campaña, Josefina se ubica en tercer lugar.
El candidato del PRI “por mera coincidencia”, resulta ser el primo más querido del presidente Peña Nieto; pero además en la dinastía de los Del Mazo, que se remonta al porfiriato, don Alfredo del Mazo Maza, de ganar la elección, será el tercer gobernador con ese nombre, que el partido tricolor abandere para alcanzar la gubernatura. Independientemente del desfile de todo el gabinete federal y de la presencia permanente en el estado, del gobernador Eruviel Ávila, la algarabía y entusiasmo tradicional de los priistas, le ha dado ruido y movimiento al proceso electoral, con la seguridad de que el triunfo será para don Alfredo, quien cuenta con la fidelidad de los viejos priistas que llevaron al triunfo a sus antecesores y con el apoyo de las juventudes priistas mexiquenses, interesadas en formar parte del nuevo gobierno, ante la oferta promovida por el candidato Del Mazo, de que su equipo de trabajo se combinará con la fuerza juvenil y la experiencia de los fieles priistas; binomio que incluye a hombres y mujeres que votarán, como un ejército decidido a llevar al triunfo a su candidato, tan pronto llegue el cuatro de junio próximo, fecha en que se conocerá la identidad del sucesor de Eruviel. Hay tanta fidelidad al PRI en el Edomex que muchas personas de la tercera edad, conservan credenciales de afiliación al partido, con firmas del General Lázaro Cárdenas del Río, de la década de los años treinta, con las siglas del PNR, que después se transformó en PMR y finalmente en PRI. Por esa fidelidad priista, Del Mazo Maza mantiene la seguridad de su triunfo y afirma que no defraudará la confianza de los mexiquenses, y menos la confianza del primo que desde hace muchos años, como a los artistas debutantes, le dio la patadita para lanzarlo como una estrella a la política.
La candidata de MORENA, a voz en cuello afirma, que la campaña política es de ella y no de AMLO, pero jamás rechaza la “ayudadota” que para ella representa el padrinazgo político de quién por tercera ocasión contenderá por la presidencia de la república, el presidente de MORENA Andrés Manuel López Obrador, a quien las encuestas le dan por ahora un cuarenta por ciento de posibilidades de llegar a los Pinos. Tal es el impacto de AMLO ante la crisis política y de valores que vive México, que hasta en los Estados Unidos de Norteamérica el propio Secretario de Seguridad Nacional Jhon Kelly, ya expresó el temor de los gringos a que el próximo presidente de México resulte ser un hombre de izquierda, y sin pronunciar su nombre, se refirió al famoso Peje Andrés Manuel López Obrador. Pero volviendo a Delfina, su candidatura al gobierno del Edomex, también sufre el desgaste por las imputaciones de sus propios correligionarios, quienes han puesto al descubierto que su padrino el “cacique de Texcoco” poderosísimo Higinio Martínez, la obligó cuando fue alcaldesa, a llenar la nómina del ayuntamiento de Texcoco, con parientes y recomendados de Higinio y otros tantos parientes de la candidata Delfina Gómez Álvarez. Para no variar, los detractores de Delfina, la acusan de incrementar la deuda pública en un cincuenta por ciento del presupuesto y le señalan una nula atención al renglón de la seguridad en Texcoco, permitiendo que los secuestros alcanzaran un aumento del setenta y cinco por ciento durante su gestión.
Don Juan Zepeda Hernández, lo mismo que Isidro Pastor Medrano, Alejandro Gorostieta Uribe, María Teresa Castel de Oro Palacios y Oscar González Yáñez, han resultado ser comparsas distractoras de la verdadera pelea que se esperaba entre PRI, PAN y MORENA; sin embargo hasta hoy, el PRI va en caballo de hacienda, bien jineteado por el caballista Alfredo del Mazo Maza.