The Halcyon, diferente y más grande que Downton Abbey

En los albores de la Segunda Guerra Mundial el microcosmos de un hotel de cinco estrellas pugna por mantenerse. La diferencia social, acentuada entre quienes sirven y son servidos, se esfuma frente al amor, la pasión, la rivalidad, la intriga y la traición. La premisa de la serie The Halcyon se antoja heredera de otra que conjugó esos elementos: Downton Abbey.
Sin embargo, el actor Jamie Blackley y la diseñadora de vestuario Anna Robbins lo dejan claro: la visión de la escritora Charlotte Jones es diferente y más grande —al menos en el aspecto técnico— a lo visto en la laureada creación de Julian Fellowes.
“Por supuesto habrá comparaciones, porque Downton Abbey fue un éxito tan grande que cualquier cosa remotamente similar va a ser contrapuesto. Es el drama de época más famoso que hemos tenido en mucho tiempo. Pero en la realidad, The Halcyon es un tono de drama muy diferente”, asegura Blackley, en entrevista concedida por FOX.
En Downton… la rivalidad era entre hermanas, en The Halcyon la disputa es protagonizada por dos gemelos, Freddie y Toby Hamilton, por hacerse del control del glamuroso hotel The Halcyon, centro de la vida social del Londres de 1940, tras la muerte de su padre, Lord Hamilton (Alex Jennings).
Jamie encarna al primero de los hermanos, quien, además, experimentará un viaje de autodescubrimiento cuando tiene que servir a su país. El serial busca así mostrar un retrato de la Segunda Guerra Mundial “desde otra perspectiva”, con el impacto del conflicto militar en las familias, la política, los vínculos y el trabajo a través de todos los estratos sociales.
“(Freddie) es piloto de caza de la RAF (Real Fuerza Aérea Británica). Su historia es acerca de ir de su hotel a la guerra y lo que deja detrás. Fue muy difícil entender completamente lo que debió ser. Eran sólo niños luchando en los cielos. Fui al Museo RAF y me sumergí en ese tiempo. Esos aviones eran tan pequeños y tantos murieron tan jóvenes. Debió ser aterrador.
“Los combatientes tenían que despegar del portaviones. Sólo tenían 30 segundos de rondas. Así que tenían que luchar en el cielo y luego recordar dónde estaba el buque de guerra cuando querían aterrizar de nuevo. Lo que hicieron fue absolutamente asombroso”, detalla el actor.
Ese elemento retratado en la primera temporada de The Halcyon, considera Blackley, permitirá a la serie conectar emocionalmente con el televidente; algo necesario en tiempos digitales. “Cuando veo algo, quiero que me provoque emociones. La gente se acerca a un programa para sentir. Quizá es por los recientes avances tecnológicos.
“Han cambiado la forma de comunicarnos. Probablemente por eso nos hemos convertido en una sociedad emocionalmente desconectada. Es por eso que hacer un drama que tenga esa conexión con el espectador es tan importante”, abunda.
PRODUCCIÓN. Anna Robbins, nominada al premio EMMY (2015 y 2016) en la categoría Vestuario de época-fantasía en serie de televisión por Downton Abbey, se dejó seducir por The Halcyon y también está detrás del diseño de vestuario de los ocho episodios de la serie, que FOX Premium transmitirá todos los lunes, desde el 17 de abril, a las 21:00 horas.
“Venía de (idear el vestuario para) Downton Abbey. Ahí empujamos todos los límites para elevar los valores de producción. Tenía la misma determinación ahora. Quise superarlos todo el tiempo. La escala de The Halcyon es incluso más grande que la de Downton Abbey. Tenemos un tercio más de actores de reparto para empezar.
“Fue un ensamble muy grande, lo que significó un reto masivo. Se establecen de 15 a 20 personajes nuevos por día. Cada episodio aborda algo diferente. De repente estás (fuera del hotel) en East End y ya no puedes usar un traje de gala. Fue un trabajo difícil, pero satisfactorio”, acepta Robbins.
Anna bien pudo rentar trajes de la década de los 30 y 40 para los uniformes de los empleados del hotel The Halcyon, sin embargo, su pasión la llevó a establecer una paleta de colores específica y, en suma, deleitarse con la oportunidad de explorar en la forma en cómo se vestían todos los estratos de la sociedad británica en aquella época.
“Profundicé en aquel momento en la moda, cuando el dinero no era un obstáculo en las clases altas. Mi principal reto era traducir esa alta costura en algo factible de hacer en nuestro departamento. Pero las modas de esa época fueron realmente maravillosas. Los cortes y las telas eran preciosos.