«De los 80 periodistas protegidos en Veracruz por estar en situación de riesgo, 12 tienen asignados escoltas para resguardarlos», reveló la presidenta de la Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas (CEAPP), Ana Laura Pérez Mendoza. Las estrategias de protección con escoltas son un tema que reestructura actualmente este organismo en la entidad, ya que algunos comunicadores en riesgo hacían mal su de esa protección, vulnerando su propia seguridad reconoció la periodista.
“Estamos revisando cómo están las condiciones de todas las personas que están en este momento integradas a los mecanismos de seguridad que nosotros podemos implementar, se está revisando, se está yendo a los lugares. Se está revisando que las estrategias sean lo mejor posible, se está revisando también unos protocolos porque había unos malos entendidos respecto a qué se tenía que hacer cuando alguien tenía una escolta y también cuáles son las responsabilidades que tú como beneficiario tienes que cumplir para que ese cuidado sea efectivo. Tuvimos algunos casos donde por ejemplo: si el escolta tiene que cuidar al periodista, de repente este le decía que cuidara la casa de su mamá. Todo ese tipo de cosas las tenemos que ir afinando, revisando y supervisando. Ese es nuestro trabajo”.
El mal uso de los escoltas vulnera a los reporteros que por alguna circunstancia fueron amenazados con relación a su labor periodística, por ello la CEAPP enfatiza en delimitar las funciones de la seguridad a los comunicadores.
“Imagínate que llega a suceder algo y el escolta no está cuidando a la persona. Todas esas cosas tenemos que tenerlas muy claras de parte y parte”.
La presidenta de la CEAPP dijo que se encontraron un caso en que el escolta daba por hecho que estaba bajo las órdenes del periodista cuando únicamente se le asigna para proteger su vida y defenderlo de cualquier tipo de agresión física. “Es una situación estratégica, no es que tenga que recibir las órdenes directas, si no tiene que ser de acuerdo a los cuidados que debe dar a la persona beneficiaria, por seguridad de la persona a la que están cuidando y de la propia escolta”, abundó.
La asignación de escoltas se hace de acuerdo a las amenazas y el riesgo en los que se encuentren. Las amenazas más comunes son en redes sociales o mensajes de texto, pero hay quienes sufren amenazas por boots u otros mecanismos que presumen mayor organización de los agresores, en esos casos se evalúa y se asigna protección, reveló.
“hay gente que por ejemplo, le buscamos que haya rondines (policiacos), hay a quien buscamos que tenga un enlace director con la autoridad de seguridad más cercana para evitar toda la triangulación”.
Algunos periodistas cuentan con un botón de pánico que accionan en caso de agresión y que permiten la localización inmediata de la víctima, de igual forma se les monitorea mediante el sistema de GPS y en otros casos se asignan cámaras de videovigilancia para monitorear los movimientos cercanos a las viviendas de los comunicadores en riesgo.
“Esto nos ha permitido detectar, por ejemplo, en un caso de Veracruz, de una persona que tenía una actitud muy sospechosa y que por distintos días se había acercado al domicilio de un compañero periodista. Eso nos permitió tener actividades preventivas, sobre ese caso en particular”.
Además de la seguridad, la CEAPP enfatiza en la capacitación profesional para complementar las acciones de protección a los periodistas.
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