Basta escuchar la voz de Mayté Carballo y reconocer bajo su negra melena china, la emoción de una interprete que le imprime a cada una de sus canciones la pasión por la música pero, sobre todas las cosas, por la vida.
Quién pensaría que a unas cuantas cuadras del Metro Zócalo, un estudio escondido en la calle de Jesús María es cómplice de las incontables horas ávidas de música y versos que han formado a Flor Amargo.
Antes Flor Amargo era una banda, luego se convirtió en solista y ahora es un movimiento musical que busca abrir una nueva brecha a los artistas independientes, que como yo están en busca de una oportunidad», comparte Mayté tras recibirnos con una efusividad contagiosa.
Apenas se sienta al piano, la magia comienza a fluir; cada una de las teclas que rozan sus dedos, develan a la gran artista que lleva dentro. Originaria del Estado de México, Mayté ha estado desde muy pequeña ligada a la música y cuenta incluso con formación de pianista clásica en el conservatorio.
Como todo artista, Mayté está en busca de la inspiración, misma que ha encontrado en el amor, «yo soy una persona que cree en el amor platónico, en ese amor que no se tiene pero que se vuelve un idilio, un ideal» y quien además, se siente inspirada «por los sucesos que me han pasado en la vida, que me han marcado (…) de lo que he vivido en las calles».
Me inspira el hecho de que yo desde niña fui diferente, fui tachada de loca. Me inspira hoy el aceptarme y ser como soy», comparte Flor Amargo, quien fue apodada en redes sociales como ‘la pianista loca del Metro’.
El sobrenombre llegó cuando usuarios compartieron videos en internet de una mujer que llenaba con su música los andenes, y quien con su energía logró que incluso los pasajeros comenzarán a corear algunas de sus canciones.
Y es que antes que una intérprete de estudio, Mayté se identifica como una artista urbana, que se ha formado en las calles, y quien, a pesar de haber tocado en escenarios de renombre, siente el cariño que le muestra el público en las calles porque a pesar de lo que gente diga, «ser músico urbano también es una carrera».
Es imposible encasillar a Flor Amargo en un género musical, basta dejarse envolver por las letras y acordes de sus canciones para sentirse transportado y embargado por cuantas emociones se puedan experimentar. «Mi género musical no está definido, el género musical es lo de menos cuando hay una emoción que transmitir», comparte la interprete, quien asegura se trata de Catartic Pop, «una música purificadora, música enérgica».
