A horas de vencer el plazo para que los partidos políticos registren las planillas para las 212 elecciones municipales en Veracruz dos huellas dejan su rastro en el desarrollo del proceso, la insuficiencia y la ilegalidad.
Es insuficiente el Mensaje de las Instituciones hacia los Grupos de Interés involucrados en este proceso donde se disputan los cotos de poder más cercanos a la mayor cantidad de personas.
Los Mensajes del Estado son insuficientes en varios sentidos, sobre todo los relacionados a la Seguridad y la Economía. No hay Respeto, Orden o al menos Temor hacia las corporaciones integradas en el Grupo Coordinación Veracruz. Las ejecuciones y el control de seis cárteles diseminados en el territorio veracruzano le faltan el respeto al Estado y sus policías, incluyendo los más selectos de la Gendarmería y la Militar. Miguel Angel Yunes Linares no les ha podido infundir miedo ni pavor a los criminales.
Los Mensajes del Estado en el sector económico y financiero son cortos, también insuficientes. Escasas obras públicas federales y la administración de la nómina estatal no dan el impulso para sacar del estancamiento a la microeconomía, a la economía familiar, que enfrenta todos los días las responsabilidades alimenticias, transporte, medicamentos, vivienda y pago de deudas.
La atracción de inversiones foráneas es a largo plazo y son escasas las medidas para que la economía interna rompa la inercia de la falta de liquidez, desconfianza, robos y endeudamiento. Las finanzas municipales son frágiles y las dádivas a través de los programas de apoyo social son miles de millones de pesos enviados a un barril sin fondo y sin productividad.
En la Insuficiencia Institucional también debe anotarse el papel que investiga, procura justicia y sanciona a los delincuentes. Las fiscalías de toda naturaleza sumadas al Poder Judicial, tribunales y magistrados, contribuyen a la impunidad, alientan el cinismo y ahondan la desconfianza ciudadana. El argumento son las bondades del Nuevo Sistema Penal.
Las Instituciones organizadoras de las elecciones –INE, OPLE y su tribunales correspondientes- se mezclan y confunden entre sí sus propias zonas y responsabilidades. Dan la apariencia de construir una estructura municipal que en el fondo ha sido frágil y endeble porque los ciudadanos insaculados decidieron asumir otras prioridades antes que su responsabilidad como funcionarios comiciales. Las causas son diversas, pero el tiempo destinado para integrar los consejos municipales rebasó calendarios y presupuesto. Cada instancia local enfrenta su propia crisis.
También este proceso comicial el OPLE lo navega con insuficiencia presupuestal. Han sido meses colocados en disyuntivas para la toma de decisiones que construyeron un proceso poco sólido, endeble ante la opinión pública, de escaso calado en el interés ciudadano y a merced de Grupos de Interés que merodean en terrenos a la sombra de la opacidad y la indefinición legal.
A la Insuficiencia Institucional se suma la Ilegalidad. Ilegalidad en varios escenarios.
La interna de los partidos en la elección, designación, asignación y hasta declinación de sus candidatos.
La ilegalidad de grupos de poder económico que desde el Pánuco hasta el Tonalá disputan los espacios en las planillas para ver representados y cuidados sus intereses al interior de las comunas.
Ilegalidad de la delincuencia organizada que en contubernio con candidatos, asesores y promotores acerca apoyos de diversa índole. El económico, el de las armas y el respaldo en la contracampaña. La intimidación al contrario y el dinero para fortalecer el proselitismo es la pinza perfecta que se aplica desde ya, a siete días de que inicien las campañas.
Insuficiencia Institucional e Ilegalidad de los Grupos de Interés, son los paradigmas de las elecciones municipales del 4 de junio.
El Estado y los ciudadanos acorralados bajo la inercia de la ilegalidad y el estancamiento económico.
El discurso de la civilidad democrática es, en esta circunstancia, un simple paliativo. También insuficiente.