Pedro Sánchez Rivera, mejor conocido como «El Artista», es un hombre de 80 años de edad que le ha dedicado casi siete décadas de su vida a la albañilería. Este 3 de mayo, día de la Santa Cruz, festejará la fecha trabajando, en compañía de sus camaradas, degustando carnes asadas y un poco de refresco.
Las calludas manos manchadas de cal sostienen una pala que sube y baja repleta de cemento y arena. En el suelo se forma un círculo en cuyo centro se conserva el agua que servirá para mezclar todos los elementos que darán forma al concreto.
Un par de viejos tenis marca Panam le protegen los pies de cualquier tabique, ladrillo o varilla que pudiera caerle.
Tiene 80 años de edad, pero aparenta 60. La fuerza de sus brazos asombra al albañil más joven, pues este veterano obrero carga bultos, sube andamios y levanta cubetas repletas de mezcla como cualquier otra persona que en plena juventud se dedique al trabajo pesado.
Relata que apenas dejaba la niñez, cuando a los 12 años de edad este hombre oriundo de La Gloria, municipio de Perote, ingresó al mundo de la albañilería por invitación de los adultos y desde entonces no ha parado.
El mote de “El Artista” se lo ganó a pulso, con el paso de los años, de manera empírica, sin que él lo haya pedido. Un día, un cliente agradecido se sorprendió con el trabajo que le entregó, “es un sobrenombre que me lo puso una persona completamente preparada, el Vicealmirante Álvaro Sandoval, él me puso así porque fui a hacerle una restauración a su casa y llegó y me dijo ¡maestro, es usted un verdadero artista, muchas gracias!, y así se me quedó, pero de artista no tengo nada (risas)”, refiere.
Su filosofía de vida es simple: considera que tomarse un descanso a estas alturas, es sinónimo de vejez, por lo que prefiere trabajar sin parar, hasta que su envejecido cuerpo le diga “no puedo más”.
«En mi familia realmente están contentos porque soy un hombre que todavía soy útil para el trabajo. Ya mi familia no quiere que trabaje pero yo les digo a mi familia y a las personas, quien sea les contesto estas palabras que suenan medio feas, oiga y el día que me canse yo, que ya no pueda caminar, ¿quién me va a levantar?, ¿quién me va a llevar al baño?, ¡no!, déjenme que trabaje, aunque sea poquito pero al menos tengo para poderme ir sosteniendo, ¡que esté yo activo!, el organismo lo necesita».
Este jovial obrero asegura tener siempre en mente el ejemplo de los trabajadores que se jubilan al llegar a la tercera edad, pues sabe que una vez retirados, le dedican bastante tiempo al descanso, a la inactividad y al sedentarismo. Esa no es opción para él, porque el cuerpo se afloja, reconoce.
«Se jubilan, se sientan a descansar y a los tres cuatro meses, dos, tres años, se van (mueren) porque el cuerpo se afloja se debilita más de lo que ya está uno y a mí me gusta estar activo. Ya no rindo lo que debería rendir un trabajador normal pero estoy contento, alegre y tengo fuerzas para caminar y seguir trabajando».
Asegura que en sus casi 70 años de albañil, ha trabajado en Poza Rica, Córdoba, Xalapa, Aguascalientes, Ciudad del Carmen, Oaxaca y Ciudad de México, por mencionar solo algunas de las tantas regiones del país que le vienen a la mente.
Su jornada inicia a las 09:00 horas y concluye a las 18:00 horas, con un periodo de descanso para la comida.
Este miércoles las labores se detendrán a las 14:00 horas, porque es una fecha especial, se festeja a los albañiles. Después de que la cruz bendecida sea colocada en lo más alto de la obra, vendrá la hora de la botana cuyo menú consiste en carnes asadas y refrescos.
“Nosotros venimos de una academia, la academia de la vida, que es la mejor academia que puede haber en el mundo, no hay otra academia mejor que esa. No hay nada como la experiencia, es la que más cuenta, la práctica lo lleva a usted a muchas cosas, hasta químico, mire usted con la mezcla que estoy haciendo hoy, eso es química”, relata Pedro Sánchez Rivera “El Artista”, el albañil de 80 años de edad que accedió a contar su historia en el marco del Día de la Cruz, una fecha que ha festejado durante 68 años ininterrumpidos.
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