Los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y de Rusia, Vladímir Putin, charlaron ayer por teléfono para acordar mantener una reunión bilateral y en persona este próximo julio, en el marco de la cumbre del G-20 que se celebrará el 7 y el 8 de ese mes en Hamburgo, Alemania.
La última vez que ambos mandatarios hablaron fue el 3 de abril, cuando el estadunidense llamó al ruso para expresarle sus condolencias por el atentado en el metro de San Petersburgo, en el que murieron 14 personas.
Trump y Putin “coincidieron en que el sufrimiento en Siria ha durado demasiado tiempo y que todas las partes deben hacer todo lo posible por poner fin a la violencia”, según el comunicado de la Casa Blanca.
Ese comunicado precisó que los dos presidentes conversaron, en concreto, de la posibilidad de crear en Siria “zonas seguras” o “de freno a la escalada” de violencia para “lograr una paz duradera por razones humanitarias y muchas otras”.
Por su parte, Moscú explicó que los dos líderes “pusieron el acento en la perspectiva de coordinar las acciones de Rusia y Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo internacional en el contexto de la crisis siria”.
En la charla también se habló de cómo trabajar juntos para tratar la mejor manera de resolver “la situación muy peligrosa en Corea del Norte”, según explicó Washington. De acuerdo con el Kremlin, hoy Putin “llamó a la contención” a su homólogo estadounidense y a “rebajar la tensión” en relación a la situación en la península de Corea.





