Del pleito de verdulería entre los panistas Felipe Calderón y Juan José Rodríguez Prats la gran perdedora fue la esposa del primero, Margarita Zavala.
Hace poco escribí que Margarita debe darse una buena encerrona con su marido y hacerle ver que cada vez que utiliza el Twitter para hacer comentarios infantiles y ridículos, lo mismo que cuando la defiende en público, le resta una calamidad de votos a sus aspiraciones por alcanzar la candidatura del PAN a la presidencia de la República.
Margarita salió tan lastimada de la bronca que puede perder la candidatura. Como contraparte, el chamaco Ricardo Anaya salió fortalecido y es seguro candidato del blanquiazul.
Si se concreta esta postulación, el PRI y el PAN lucharán por el segundo lugar pues la nominación de Ricardo le abrirá las puertas a Andrés Manuel López Obrador para que, ahora sí, entre caminando a Palacio Nacional.
En absolutamente todas las encuestas, Margarita va a años luz de distancia de Ricardo Anaya. De hecho, el único que le hace sombra a la ex primera dama es Andrés Manuel que va como número uno. El problema es que esas encuestas no cuentan para el PAN cuyo candidato es elegido por votación de delegados y la gran mayoría están con Ricardo, que también tiene el control del partido. Pero si resulta abanderado del PAN jamás ganará la presidencia en 2018.
¿Por qué? Va sólo un ejemplo.
Ricardo Anaya es un tipo brillante, inteligente y muy audaz, pero para su desgracia esos atributos no cuentan entre los votantes pobres, desempleados y miserables, que son la mayoría del padrón electoral y que rechazarán su candidatura por considerarlo un frívolo “pirrurris” que tiene a su familia viviendo en Estados Unidos y jamás ha tenido acercamiento con ellos.
Margarita sí los ha tratado, los conoce bien; y ellos a ella.
Lo ideal sería que los panistas hicieran un frente común con Margarita Zavala y preparen a Ricardo Anaya para el 2024, pero ni Ricardo ni sus delegados cederán un ápice.
¿Qué va a pasar con el PAN el próximo año?
Que por una terquedad, Ricardo Anaya será su abanderado y perderá, Margarita competirá como independiente lo que le dará muy pocas posibilidades de triunfo, Felipe seguirá tuiteando estupideces y los panistas habrán perdido la oportunidad de oro de regresar a Los Pinos.
Ah, casi lo olvido. Por ahí andan candidateando al gobernador Miguel Ángel Yunes Linares para ser abanderado del PAN en 2018.
Ay Dios… si no ha podido gobernar Veracruz ¿alguien piensa que podrá con el país?
Un honrado en el Congreso
Más tardó el Fiscal Jorge Winckler en decirles “bola de corruptos” a los legisladores, que su jefe el gobernador en ponerle una regañiza que lo obligó a ofrecer una disculpa.
Nadie puede negar que hay corrupción en el Legislativo (y en el Ejecutivo y en el Judicial y en todos lados) por lo tanto, lo que dijo Winckler fue una verdad de a kilo. Que haya tenido que recular porque se lo ordenaron de arriba eso es otro rollo. Pero de que son corruptos los congresistas eso que ni qué.
A nivel nacional, la corrupción es parte inherente de todo servidor público; es una actitud y una forma de vida. Está tan enraizada en la piel de esos tipos que, en este preciso momento en alguna parte del país, un sujeto le está dando una buena tajada de billetes a un funcionario público como pago por un bien recibido.
En el caso particular de Veracruz nuestros políticos han hecho su parte; ya somos el estado más corrupto del país.
Felizmente nuestra entidad no es Sodoma (aunque se le parece un resto). Y es que no quiero imaginar a Jehová diciéndole a Abraham: Si hay un solo político honrado, particularmente en el Congreso local, no le prenderé fuego a Veracruz.
Vaya achicharrada la que nos estaríamos dando.
bernardogup@hotmail.com