El Sistema Nacional de Seguridad Pública basado en datos proporcionados por la Fiscalía General del estado, dio a conocer que durante el primer trimestre de este año se registraron en Veracruz 57 secuestros, 698 asesinatos y 137 casos de extorsión.
No sé tu lector, pero yo dudo de la veracidad de los datos porque con frecuencia las fiscalías los falsean y reportan menos secuestrados, menos asesinados y menos extorsionados de los que en realidad hubo.
Pero, aunque la información esté alterada, el informe del SNSP nos habla de un Veracruz donde el combate a la delincuencia ha resultado un fracaso.
Cuando en un estado se cometen en promedio siete asesinatos diarios y un secuestro cada dos días, quiere decir que las cosas andan muy mal. Y eso está pasando en Veracruz.
Siete crímenes cada 24 horas son un mundo de muertos para una entidad que hasta hace relativamente poco se caracterizaba por ser una de las más seguras del país.
Hasta el momento de escribir estas líneas, ni el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares (tan amante de los micrófonos), ni el Secretario de Seguridad Pública, Jaime Tellez Marié y mucho menos el Secretario de Gobierno, Rogelio Franco Castán, habían salido a hacer un posicionamiento al respecto.
Mejor así. ¿Qué le van a decir a una ciudadanía harta de sus mentiras?
El gobierno de Miguel Ángel Yunes no sólo no ha sido capaz de combatir la inseguridad, sino que da la impresión de que le importa un rábano. De otra manera no se explica uno tanto secuestro y muerte.
Del 1 de enero al 22 de abril la inseguridad ha subido una barbaridad. Nomás en baleados y apuñalados en los primeros tres meses de este año, el incremento fue del 34 por ciento en relación a todo el 2106.
Nadie duda que esto es parte de la herencia que dejaron Fidel Herrera y Javier Duarte, pero eso no debe ser excusa para un gobernador que prometió devolver la seguridad y la paz a los veracruzanos en seis meses.
Ya están aquí todas las policías que la Federación puede enviar a un estado con problemas de criminalidad, pero los crímenes continúan. ¿Qué sigue ahora? ¿Pedir la intervención de los marines?
Que nadie se engañe, mientras no se acabe la inseguridad y la impunidad en nuestro estado, no habrá crecimiento económico, ni educativo, ni turístico, ni de ninguna índole.
Ambas pandemias nos están consumiendo y por lo que se ve no existe voluntad política para revertirlas y menos para erradicarlas.
Por lo anterior, será muy su bronca de aquel que quiera seguir creyendo en las promesas del señor gobernador.
¿Qué alega Manuel Huerta?
Si el dirigente estatal de Morena, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, piensa que el OPLE echará para abajo la candidatura del panista Fernando Yunes Marquez a la alcaldía del puerto de Veracruz, anda bien perdido.
Don Manuel alega que el hijo del gobernador no nació en Veracruz y que tiene su residencia en Xalapa, por lo que legalmente está impedido para competir por la candidatura del puerto jarocho.
Puede que tenga razón, pero no va a pasar nada y van ejemplos.
Andrés Manuel López Obrador, tabasqueño de nacimiento, no cumplía con el requisito legal para ser candidato al gobierno del DF, pero gracias a la intervención del entonces presidente Ernesto Zedillo, el Peje gobernó la ciudad más poblada del país.
De no haber sido por aquel detallazo de Zedillo, AMLO jamás habría sido dos veces candidato del PRD a la presidencia de la República y nunca hubiera fundado Morena, partido del que don Manuel es dirigente estatal.
Que Fernando Yunes no haya nacido en el puerto jarocho y no tenga residencia, eso vale gorro. Ya tuvimos un emperador austriaco, un presidente guatemalteco y, en el caso concreto de Veracruz, un gobernador nacido en San Luis Potosí. Y aquí estamos.
¿Qué alega entonces don Manuel?
bernardogup@hotmail.com