“¡Seré el candidato!”, Pepe

¡Queda claro que la decisión de quien será el candidato del PRI al gobierno de Veracruz la toma el centro!
Eso de aguantar vara para los políticos –y más para los priistas- no es cosa fácil.
Esa presunta tibieza que le endilgan a Pepe; los aparentes “huevos tibios” que seguramente Octavia Ortega no le ha tentado; ese dejar comerse el mandado por el propio Miguel Angel al hacer propias obras públicas federales no gestionadas por él.
Son muchas cosas.
Los madruguetes; las ansias del priismo de una señal, aunque sea chiquita y la escalada de insultos que rayan en la ofensa contra quien como José Francisco Yunes Zorrilla “¡Llámenme Pepe!” solo aguanta tiempos y circunstancias, han dado lugar a una guerra sorda, de rumores, especulaciones descalificaciones.
Bastó, sin embargo –porque así lo permitió a este reportero el senador Yunes Zorrilla-, una pregunta con una lacónica respuesta para que lo dijera todo.
¿Será usted el candidato del PRI al gobierno de Veracruz en el 2018, señor?
“¡Seré el candidato!”
Ese había sido el trato con el reportero. No responder nada más de este tema que no fuera en su tiempo. No atacar a nadie. No criticar ni censurar expresiones que pudieran provocar confronta o divisiones… pero si tener muy claro el rumbo y el futuro.
¿Pero es que Héctor…?
“No hay respuesta a esa expresión que yo respeto”, atajó. No permitió más.
Al despedirse del reportero ya que tenía programada una entrevista con la colega Magda Zayas y una larga charla con el reconocido periodista Carlos Jesús Rodríguez, después de un muy breve y casual encuentro en “Toks, Animas”, Pepe solo atrevió a deslizar lo que muy probablemente sea su lema de campaña: “¡Pensemos Veracruz!”.
En realidad al senador de la república le ha tocado –como dirían los clásicos- bailar con la más fea.
En aras de su institucionalidad y después de declinar en favor de Héctor Yunes Landa la candidatura por el gobierno bianual que finalmente gana Miguel Angel Yunes Linares; después de dedicarse en cuerpo y alma a bajar recursos hasta por 4 mil millones de pesos –comprobaditos- para los 212 municipios; luego de alertar –más que atacar, que no su estilo- sobre los riesgos de la reestructuración de la cuantiosa deuda pública; y tan solo defenderse de los insultos del propio Yunes Linares, Pepe se ganó la censura de los adversarios… y también la condena de los de casa.
A Yunes Zorrilla lo han atacado por todos lados. Pepe, sin embargo, ha aguantado vara. Ello a pesar de que no pocos saben que es un hombre serio, no un tonto; un político mano firme a quien no tiemblan las corvas y de muy, pero muy buena memoria, sin desapegos a la ley o tratos en los “oscurito”, pero fundamentalmente un hombre honesto.
Esa de hecho esa será su bandera rumbo al nuevo gobierno en el 2018. Será de la honestidad el baluarte del cambio en momentos en que la clase política del signo partidista que fuere, carga con la pesada loza de la corrupción.
De eso han señalado a los priistas, a los panistas y hasta el propio Pejelagarto. La corrupción como signo de los tiempos.
A Pepe hay que conocerlo y reconocerlo no por el protagonismo mediático, sino por su trabajo de campo a ras de piso.
Así pues el Pepe en pleno ejercicio de la política, de cara a la opinión pública, habrá de darse a conocer una vez que concluyan el proceso electoral municipal, cuando se empiecen a mover las fichas en su entorno, se conformen los equipos de trabajo rumbo al 10 de noviembre –en un año está en plena campaña electoral-, se reestructure al PRI estatal hoy en manos de iniciados y se presente a la ciudadanía la verdadera propuesta de cambio para Veracruz.
Una propuesta sin estridencia, alejada de las venganzas personales, de conciliación y reconciliación, de unidad y paz social.
El crecimiento de Veracruz, ha dicho en otro momento Pepe Yunes, solo será posible en la concordia, el diálogo y el trabajo conjunto “siempre con apego y respeto a la ley”.
¿Cuánto falta para un día después de la elección?.. Sólo 28 días.
Empecemos a contar el nuevo ciclo electoral a partir del cinco de junio. Ni antes ni después. No se pueden precipitar los tiempos. No caben los aceleres. Pepe sabe lo que trae y lo que tiene.
Así que no te calientes granizo. Hay que darle tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo