¡Por mi madre!

La adversidad, decía Montesquieu, es nuestra madre; la prosperidad sólo es nuestra madrastra, y no sé cuánta razón tenga, pero de que estamos hasta la madre… Claro, lo decimos también con eufemismo: estamos hartos. “Desgraciamadremente” así es, porque lo hemos permitido y nomás nos quejamos.
El 10 de mayo de cada año adoramos a nuestra santita madre, y aguas si se meten con ella o siquiera nos la refrescan porque, tons sí, nos partimos la madre, hijos de la chingada madre, por no decir hijos de su puta madre. Nacemos con el amor a nuestra madre amamantado de por vida, quiérase o no. Pero afuerita de este terreno sagrado, en la periferia, en otros contextos que hasta nuestras mismas madres incursionan, o han incursionado, las expresiones del término “madre” son múltiples y variadas, ricas vociferaciones que van de lo gracioso al encabronamiento, a la violencia, pasando por el auto enojo: “la puta madre que me parió” y, desde luego, al valemadrismo.
No hay mexicano que no las sepa, las recuerde y las haya emitido, incluso hay estudios al respecto, como en El laberinto de la soledad, de Octavio Paz, cuando se refiere a la chingada. Pero no nos pongamos más mamilas. Ustedes tendrán sus propias frases, fórmulas, insinuaciones, gestos y actitudes referentes a la madre. Van algunas, en honor a su día: Pásame esa madre; ¡Estás sobre esta madre!; ¿Dónde está esa madre?; No te creo ni madres!; ¡Es a toda madre!; ¡Vamos a darle en la madre!: Ni madres; ¡Se dio en la madre!; ¡Se partió la madre!; ¡No se ve ni madres!; ¡Esto huele a madres!; ¡Trágate esa madre!; ¡Ve a chingar a tu madre!; ¿Qué madre es eso?; ¡A todísima madre!; ¡Madres!; ¡En la madre!; ¡Pa’ su madre!; ¡Va hecho la madre!; ¡No me dio ni una madre!; ¡Te lo juro por mi madre!; ¡Sigues chingando con esa madre!; ¡Qué poca madre!; ¡Vamos hacer esa madre!; ¡Qué desmadre!; ¡No sé qué madres se cree!; ¡Vales pa’ pura madre!; ¡Por mi madre!; Por mi madrecita santa que…; ¿Qué tendrá esta madre?; ¡Está de poca madre!; ¡Le rompiste todita su madre!; Chingada madre; Qué poca madre tienes, etc.
Es un putamadral de madres. Dijo Santo Tomás de Aquino: “El padre debe ser más amado que la madre, pues él es el principio activo de la procreación, mientras que la madre es tan sólo el principio pasivo”. Toda proporción guardada, desde luego, no vaya a ser la de malas y me den en la madre. Mejor, tener una madre así, o ser una madre así, no tiene precio.
Feliz Día y año, mamacitas.
Los días y los temas
En una encuesta de parametría.com, realizada el pasado marzo de 2017, sobre quién tendría más poder en el país, 39% contestó que lo cárteles del narcotráfico; 24%, el Presidente de la República; 8%, la Iglesia Católica, al igual que las Fuerzas Armadas; 5%, Congreso de la Unión. Ahí nomás, chatos, ¿de qué se quejan?
De cinismos anexas
De las redes sociales leo: “Cuando adviertas que producir necesitas tener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebes que el dinero fluye hacia quienes no trafican con bienes sino con favores; cuando percibas que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencia más que por su trabajo, que la leyes no te protegen contra ellos sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra ti; cuando descubras que la corrupción es recompensa y la honradez se convierte en un auto-sacrificio, entonces podrás afirmar, sin temor a equivocarte, que tu sociedad está condenan”. (Ayn Rand).
Por lo pronto, ahí se ven.