¡Solidaridad con Claudia Guerrero ante bajezas de corruptos!
Al quedar al descubierto una sospechosa sociedad entre Gina Domínguez y Juan Antonio Nemi, atrapados en las raíces de empresas fantasmas, sumado a las nuevas revelaciones de negocios ilícitos de éste último, todo indica que el siguiente paso para este personaje de cuestionado pasado, es Pacho Viejo.
Y no es para menos.
Lucrar con la salud y bienestar de los niños veracruzanos en un crimen de lesa humanidad.
No entregarles un juguete en días señalados; alterar medicamentos para menores enfermos; medrar con los desayunos; organizarles eventos que nunca sucedieron; comprar enseres médicos y mobiliario solo en el papel, jamás en la realidad… son, no un crimen, sino una cobardía solo capaz de inescrupulosos y venales funcionarios.
El sector salud en los últimos dos sexenios se pudrió.
Ya observamos por estos días reiteradas denuncias públicas de acreditados periodistas críticos clamando, en nombre de millares de padres de familia veracruzanos, justicia ante hechos deleznables.
Son denuncias que llevan años durmiendo el sueño de los justos durante los mandatos de Fidel Herrera y Javier Duarte ¡y como no! pero ahora que hay un empeño por limpiar la cloaca del pasado resulta obligado sumarse a esa cruzada estemos o no de acuerdo con otras políticas públicas del gobierno en vigencia.
Nuevas informaciones dan cuenta de las rapacerías y cuantiosos desvíos de recursos públicos en contra del sector más desprotegido de toda sociedad organizada, como son los niños, al cuyo frente –en el DIF al arranque del sexenio- estuvo Juan Antonio Nemi Dib.
Por la vía de la empresa fantasma “Balcano” –el primer dato de esta empresa “fantasma” se publicó en esta mismo espacio el pasado 23 de enero- que el DIF de Karime, reina de la “abundancia”, con el apoyo del pillo Pedro Díaz, responsable del área administrativa, asigna de contratos millonarios.
Otras empresas fachada por donde se desviaron extraordinarias cantidades de dinero son:
“Akkira SA de CV, con 59 millones de pesos”; “Carrirey SA de CV, con 42 millones 173 mil pesos; Morgarver SA de CV, con 73 millones; el “Grupo Balcano SA de CV” con 68 millones 294 mil, y “Anzara SA de CV”, con 54 millones 640 mil pesos.
Así, ante el inusitado éxito del “negocio”, sin investigación de por medio de parte de las instancias correspondientes –Orfis y la Comisión de Vigilancia del Congreso del Estado y con la complicidad de la Contraloría General- se gestaron 600 empresas fantasma nuevas.
Según consta en el oficio de la Contraloría -CG/1349/2013- se avala un movimiento de mil 74 millones de pesos y otro más por 252 millones de pesos vía créditos de Banobras para empresas fantasma.
Llevando las firmas de los cuatro secretarios de finanzas, Carlos Aguirre Morales, Fernando Charleston Hernández, Mauricio Audirac Murillo y Antonio Gómez Pelegrín, se dispuso de cuantiosas cantidades de dinero que se tomaron de los sectores Salud y educación.
¿Estaban enterados los titulares del ramo?.. Absurdo pensar que no.
El punto es que la danza de los millones del DIF se complementaría con la del Sector Salud en donde la fiesta del dinero cobraría dimensiones extraordinarias.
En transferencias hasta por 2 mil 630 millones a cuentas bancarias cuyo destino sigue siendo un misterio, se escondió todo un entramado de complicidad cuyos beneficiarios están ubicados y señalados como responsables de tamaño delito que afectó la salud de millones de veracruzanos.
Y ni modo que los secretarios de Salud de los dos últimos lustros Manuel Lila Arce, Fernando Antiga Tinoco, Pablo Anaya Ribera, Antonio Nemi Dib, Benítez Obeso no se hayan sido enterados o participado en esos trastupijes cuando era del dominio público la compra de medicamentos caducos, clonados y piratas.
Otras transferencias del gobierno federal hasta por 2 mil 338 millones –aparte de la cantidad arriba citada- a cuentas bancarias de alguien, jamás de los jamases se aplicarían en favor de la salud de los veracruzanos.
Comprobado está que el sector salud, por años, compró quimios falsas y pruebas de VIH inservibles a empresas que se dedicaban a la venta de café y ropa.
Los periodistas no somos cajitas guardasecretos.
En encuentro de connotado columnista con el entonces secretario de Salud, Antonio Nemi le confió –teniendo como testigo a uno que hoy es diputado local- que cuando llegó a la Secretaría de Salud se encontró con que se rellenaban ampolletas de agua destilada que se aplicaban a los niños enfermos.
Acaso por ello ante repetidas evidencias que lo incriminan y otros signos de sospecha en su paso por el Sector Salud es que Nemi buscó el amparo (1057/2016) mismo que le denegó el juzgado XV de Distrito.
El Seguro Popular es otro gran tema que viene a cuento ya que como es del dominio público registra irregularidades por mil 899 millones 347 mil pesos.
Y es aquí, regresando al tema de las infidencias, que un par de días antes de ser apresado quien fuera titular de organismo, Leonel Bustos –hoy extrañamente en libertad- comentó a este reportero en casual encuentro, que había cinco depositarios de los “tokens”, que eran las llaves para acceder a las multimillonarias trasferencias “pero yo no era uno de ellos. Los depositarios eran el titular de finanzas, dos subsecretarios, el Tesorero y uno de Casa Veracruz”, dijo.
Son historias que acaso una vez publicadas pasan de largo en el vertiginoso quehacer político, pero que en el imaginario colectivo quedan y no se olvidan, más ahora que el juicio final se acerca para localizados personajes del Duartismo a quienes poco importó la salud de los veracruzanos pensando que una vez terminada se gestión podrían andar por las calles paseando y disfrutando de un dinero mal habido.
El final se acerca ya, dirían los clásicos. Ahora solo queda anunciar el proyecto de ampliación de Pacho Viejo.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo