Siete décadas de glamur en la Promedane de la Croisette

En las últimas décadas del siglo XIX, con la aparición de revistas especializadas en observar tendencias y accesorios que dictaban a las mujeres cómo ser y vestir, la industria de la moda adquirió relevancia. En el siglo XX, las editoriales Condé Nast y Hearst Corporation capitalizaron el crecimiento de los cosméticos y fragancias a través de la publicidad.
La evolución tecnológica del nuevo milenio propició a firmas a voltear a la imagen en movimiento, capaz de ser editada y puesta al servicio de una coincidencia fundamental con lo fashion: la teatralidad. Gracias a este continuo desarrollo, diseñadores encontraron formas diversas de mostrar a sus consumidores sus creaciones.
La red carpet fue, es y seguirá (al menos en nuestro tiempo de vida) siendo una herramienta de vital importancia para el despliegue de “estratosférico estatus, estilo y opulencia”, como analiza Lindsay Baker, periodista de la BBC.
El tapis rouge ha sido utilizado desde la antigua Grecia, cuando a la reina de Micenas, Clitemnestra, se le ocurriera, en su afán de traicionar a su esposo, mandar colocar varios tapices rojos para “celebrar” la llegada triunfante de su esposo y rey Agamenón, de la guerra de Troya (458 A.C.).
Desde entonces, la alfombra roja más representativa en el orbe es la desplegada, desde 1961, en la ceremonia del premio Oscar, le sigue en importancia la de la Met Gala, que la utilizó desde su creación en 1948. Previo a las dos pasarelas, mientras el planeta retomaba el aliento después de la Segunda Guerra Mundial, nació la del festival de festivales en Cannes, en 1946.
Desde entonces ha cumplido a cabalidad con lo expresado por sus organizadores en 2012: “El festival es un templo de glamur”. Imágenes memorables se han capturado no sólo de celebridades sino de realeza, modelos y músicos ascendiendo por la escalera principal del Palais des Festivals et des Congrès. El común denominador es elegancia, distinción y opulencia.
Desde las divas de antaño: Brigitte Bardot (1954), Sofia Loren (1955), Grace Kelly (1955), antes de ser princesa de Mónaco; Elizabeth Taylor (1957), Zsa Zsa Gabor (1959), Catherine Deneuve (1966) o la princesa Diana de Gales (1987).
Hasta las nuevas musas de la pantalla de plata y modelos: Natasha Richardson (1990), Claudia Schiffer y Kate Moss (1998); Jennifer Aniston (2004), Cameron Diaz (2004), Halle Berry (2006), Angelina Jolie, incluso durante su embarazo (2008); Diane Kruger (2012), Nicole Kidman (2013), Jeninifer Lawrence (2013), Julianne More (2014), Lupita Nyong’o (2015) y Kristen Stewart (2016) consiguieron los mejores looks en 70 años de historia del festival.
De la mano de Chanel, Dior, Armani Privé, Versace, Alexandre Vauthier, Gucci, Valentino Couture, Halston o Saint Laurent, estas mujeres han conseguido el ideal, enamorar a quien las ve, motivarlos comprar o sencillamente a aspirar caminar por esa pasarela, que también ha servido para empoderarlas, como a Julia Roberts, quien en protesta por el uso riguroso de tacones llegó descalza y a Susan Sarandon que hace gala que el buen gusto no tiene edad.