Tras una larga batalla contra la obesidad, Noé Fernández Rosete, joven de 32 años de edad oriundo de Tlalixcoyan, Veracruz, murió víctima de un paro cardio-pulmonar provocado por una neumonía que se complicó debido a sus 241 kilos de peso y los problemas de salud que conlleva esta condición.
“Noé ingreso por urgencias al hospital y posteriormente es trasladado a medicina interna donde se le da todo el apoyo con equipo profesional, Noé ingresa por una neumonía, la cual se complica y el día de hoy cae en un paro cardio pulmonar”, detalló el jefe del departamento del Hospital General de Veracruz, Roberto Joachín.
El especialista quien llevó su caso en los últimos años, señaló que cuando Noé fue internado, su peso estaba por arriba del último registro, pues tras dietas y un programa de fisioterapia, el hoy difunto había logrado bajar hasta los 161 kilos, sin embargo, debido a la mala alimentación incremento su masa corporal hasta alcanzar los 241 kilogramos.
“Noé no siguió los buenos hábitos de alimentación, también teníamos una situación metabólica con Noé, congénita con él, tenía una enfermedad que desde pequeño si los papás no se dan cuenta el niño come y nunca tiene la sensación de sentirse lleno”, agregó.
El finado, contaba además con una úlcera varicosa y una infección, lo que se sumó al deterioro de su salud. Al originario de Tlalixcoyan este martes le iba a ser colocada una sonda gástrica para poder alimentarlo, pues en las últimas horas el joven había dejado de consumir alimentos por si mismo.
Este es uno de los casos de obesidad mórbida más complicados que se han atendido en el Hospital General de Veracruz, sin embargo el nutriólogo, señaló que aún trabajan con dos pacientes más que luchan por volver a un peso adecuado para su salud.