El fiscal especial para investigar la posible injerencia rusa en los comicios presidenciales de 2016 en Estados Unidos, Robert Mueller, está investigando al presidente Donald Trump por posible obstrucción a la justicia, según informaron ayer varias fuentes oficiales al diario The Washington Post.
Mueller fue nombrado fiscal especial para el caso ruso tras el despido fulminante en mayo del ex director del FBI James Comey, quien después aseguró que el mandatario, antes de destituirle, le pidió que “dejara pasar” las pesquisas sobre los vínculos de su ex asesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn, con Rusia.
Reacción airada. Tras conocerse la noticia, el equipo legal del presidente reaccionó airadamente a lo que consideró “un nuevo bulo de la prensa liberal”, ya que The Washington Post citó a “funcionarios” como fuente, sin revelar sus cargos e identidades.
“La filtración del FBI es escandalosa, inexcusable e ilegal”, aseguró en un breve comunicado uno de los abogados personales del multimillonario, Mark Corallo, quien atribuyó la filtración a fuentes del Buró Federal de Investigaciones.
Comey testificó la semana pasada ante el Comité de Inteligencia del Senado, donde reveló con sumo detalle sus conversaciones con el presidente, de quien dijo que le pidió “lealtad” y le insinuó que de ella dependía que mantuviera su puesto.
En esas mismas conversaciones, Comey también dejó claro a Trump que él no era objeto de investigación por parte del FBI sobre la trama rusa, extremos que, con esta nueva revelación, ha cambiado.
En manos de Mueller. Rober Mueller, quien fue el predecesor de James Comey al frente del FBI durante 12 años y cuenta con la confianza tanto de demócratas como de republicanos, tiene ahora la responsabilidad de dilucidar si el presidente incurrió en un intento de obstrucción a la justicia sobre las pesquisas rusas.
El mismo Comey, al ser preguntado por el asunto durante la audiencia, no quiso dar su opinión al respecto y dijo confiar plenamente en Mueller para dirimir lo sucedido, de manera que el fiscal especial tiene en sus manos la gran responsabilidad de marcar el futuro político del multimillonario, ya que, de confirmarse el delito de obstrucción a la justicia se abriría la puerta a un juicio político con fines de destitución (impeachment).
Demócratas demandarán al mandatario por sus negocios en el extranjero
Casi doscientos legisladores demócratas, encabezados por el senador de Connecticut, Richard Blumenthal, y el representante de Michigan, John Conyers, presentarán una demanda en un tribunal federal del Distrito de Columbia contra el presidente Donald Trump por usar su cargo para seguir haciendo negocios y recibir dinero de gobiernos extranjeros.
En concreto, denunciaron que el Trump International Hotel de Washington organizó una fiesta para la embajada kuwaití, mientras que una firma que representa al gobierno de Arabia Saudita pagó más de 250 mil dólares en alojamiento y servicios de catering al hotel.
Los demócratas y otros opositores de Trump sostienen que tales acuerdos violan una cláusula de la Constitución que prohíbe a los funcionarios de Estados Unidos aceptar “cualquier presente, cargo o título, de cualquier tipo, por parte de cualquier rey, príncipe o Estado extranjero” sin el consentimiento del Congreso.
El lunes, los abogados generales de Maryland y el Distrito de Columbia interpusieron una demanda en un tribunal federal en Maryland, acusando al Trump de poner hoteles, complejos turísticos y centros de convenciones propiedad al servicio de dirigentes extranjeros, en una desventaja competitiva.





