Cuestiona un amigo mi negativa a que se incorpore Américo Zúñiga Martínez a la dirigencia estatal del PRI. Sólo le digo que no es el momento. Le recuerdo que Américo llega a la alcaldía dejando el cargo de diputado local y que lejos de que se enriquezca su curriculum pasando de Enríquez a Ruiz Cortines, lo empaña pues sería la segunda ocasión que un cargo de representación popular abandonaría ¡y con lo encarecidos que están los votos hoy en día para el PRI!
Ahora, le vuelvo a insistir, está identificado con el senador Pepe Yunes Zorrilla, quien ya alzó la mano para contender y si Américo llegara al PRI, la balanza estaría inclinada. Por supuesto, no estoy en contra de que se entronice en el CDE, es más, hay quienes lo ven como potencial candidato a la Senaduría por todo el andamiaje y engranaje que ha hecho durante su gestión como edil tanto en Veracruz como fuera del Estado al ser presidente de la Federación Nacional de Municipios de México… si fueran las elecciones en este momento, quizás tuviera margen para competir en una buena lid, pero en 2018, cuando sus aliados locales igual ya salieron, difícilmente creo que le alcance y curioso, no tanto por su desempeño como alcalde donde la constante ha sido obra tras obra, apostando incluso a aquéllas que no se ven, que no lucen, pero el “mal humor social” (dixit Peña Nieto) en contra del Sistema en el Gobierno como del PRI, lo alcanzó.
Para más, hay quienes vaticinan que Américo pase a la historia como ser el último alcalde del PRI durante mucho tiempo… ¡ojo! Y eso la Izquierda debe tomarlo muy pero muy en serio porque tanto en lo micro como en lo macro, la lección ya está escrita: Al PRI, en Xalapa, le bastó siete años para regresar al poder municipal. Al PRI, en el país, le bastaron dos sexenios. La prueba más interesante que ha de completar en su momento, en su tiempo, en su justa dimensión esta columna, será en el ámbito estatal donde hasta el momento, no hay estadística.
Por supuesto, cada quien en su municipio ha de llevar sus registros… yo hablo por Xalapa.
Desconozco si Renato Alarcón deba o no seguir al frente del PRI, aunque sus más férreos críticos, de acuerdo a los resultados, piden que se vaya. Primero, hay que aclarar y a la vez preguntar: ¿De verdad alguien esperaba un resultado diferente al que obtuvo el PRI con su aliado PVEM apenas hace unas semanas? Entonces, si es por los resultados, quien pide la cabeza de Renato es un iluso.
Además, en enero 2018, se supone que se debe convocar para elegir a una nueva presidencia en el PRI, pero como va a haber un proceso electoral ya en movimiento, o se da ya el cambio por otro “provisional” o como lo llamen, o se aguantan a esperar los tiempos, las elecciones y los resultados… aunque…
Si es cierto lo que se dice de que en menos de 90 días han de cantarle Las Golondrinas a Enrique Ochoa Reza, las cosas pueden cambiar…
Por cierto, Ochoa Reza sí tiene pésimos resultados (el Estado de México y Coahuila no son triunfos, tienen otro nombre), por mantener esa larga distancia con el sentir de un candidato a elección popular, fuera para Gobernador, diputado o alcalde. Jamás pudo hacer click con la militancia y mucho menos con sus ungidos por una simple razón: no entiende lo que es buscar un cargo de elección popular por nunca haberlo vivido en carne propia. ¡Ups! ¿Estará en las mismas condiciones Renato?
Bueno, pero si es cierta la especie y se va Ochoa Reza y llega José Reyes Baeza Terrazas, actual director general del Issste, y no Pepe Calzada Rovirosa (Héctor Yunes hace “changuitos” porque llegue el titular de Sagarpa), habría que recordar que conoce a Renato Alarcón desde que éste asumió la delegación del Issste y en una de ésas, si se llega a cumplir este supuesto, creo que ambos, tanto José Reyes como Renato, se sentirían bastante cómodos para armar una estrategia mejor que la hecha en la pasada elección…
¡Ojo! Porque Renato no es el único que se lleva, conoce, y ha trabajado con José Reyes Baeza Terrazas… también está la actual delegada del Issste, a quien también colocan como potencial candidata a la Senaduría en una competencia leal con Anilú Ingram, la delegada de Sedesol.
Del otro varón que apuntalan para la Senaduría, junto con Américo, ya hablaremos otro día, porque el espacio nos ganó… espero comprenda Juan Carlos Molina Palacios.
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