El arzobispo Hipólito Reyes Larios señaló que la paternidad es un regalo de Dios y el tener un hijo implica formarlo, hacerlo buen cristiano y buen ciudadano, pues es parte de su tarea, de ahí la importancia de su presencia.
En la homilía, dijo que la reflexión ha ido llevando por el conocimiento de la palabra de Dios, a que Dios también es Padre y lo reveló principalmente su Hijo Jesucristo, que es Dios como él, eterno como él y todopoderoso como él.
«Y el amor entre el Padre y el Hijo realiza lo que se llama el Espíritu Santo, por eso dice que procede del Padre y del Hijo y que con ellos recibe una misma adoración y gloria, podemos decir que es una familia lo que se tiene ahí».
En este sentido, explicó que en la tierra, el Señor a través del amor, de la sexualidad, de la fe, de la intimidad, del compromiso y de la responsabilidad, es como da la oportunidad de formar una familia.
Agregó que en la familia y en el matrimonio es donde a los hijos se les da un ambiente de amor, de responsabilidad, de preocupación de que no les falte nada, ni casa, ni vestido ni sustento.
«Jesucristo nos enseñó la oración del Padre Nuestro, por eso como hijos de Dios por el bautismo nos dirigimos al Padre y le pedimos, lo mismo debemos de ser en la familia, pedirnos amor, respeto, comprensión».
Por ello, manifestó que los papás en su condición de esposos, el amor a su esposa se refleja en sus hijos pues son el fruto de la union íntima en el amor y en el compromiso.
«Por eso es una bendición el tenerlos y que los vayan formando, que vayan haciéndolos buenos cristianos y buenos ciudadanos, esa es la tarea que tiene el papá, por eso es importante la presencia del padre».
