No sabemos si fue uno de sus acostumbrados dislates a la hora de intentar articular una idea o si lo dijo en serio. Pero el presidente Enrique Peña Nieto lanzó una amenaza nada velada por el caso del espionaje a periodistas y activistas que se atribuye a su gobierno.
“Espero que la PGR con celeridad pueda deslindar responsabilidades y espero, al amparo de la ley, pueda aplicarse contra aquellos que han levantado estos falsos señalamientos contra el gobierno”, dijo textualmente el mandatario, quien con esto anuncia que se actuará contra quienes señalaron a su administración como responsable del espionaje, y no contra quienes habrían perpetrado el hecho de espiar.
Y el resto del discurso no deja muchas dudas sobre cuál es el ánimo de Peña Nieto al respecto: “Resulta muy fácil señalar y apuntar, resulta muy fácil convocar para que se señale al gobierno como una entidad que espía. Nada más falso que eso, porque ninguna de las personas que se sienta agraviada puede afirmar, mostrar o evidenciar siquiera que su vida se haya visto afectada, lastimada, por esas supuestas intervenciones y por ese supuesto espionaje”, afirmó el Presidente.
¿O sea que para que probar que alguien es espiado le debe pasar algo antes? Vamos de mal en peor.