EN EL PRI, CRÍTICA Y AUTOCRÍTICA PARA GANAR. CUIDADO CON LA QUINTA COLUMNA QUE LO PUEDE LLEVAR A LA DERROTA

El avance inexorable del tiempo, acerca la elección presidencial y por ello ha puesto los nervios de punta a los aspirantes a ser candidatos de los principales partidos políticos que tienen posibilidades de triunfo; no a los satélites, que solo aparecen en alianzas que les han permitido sobrevivir, con el mínimo porcentaje de votos que exige el INE, para cada elección; y después de lograr su sobrevivencia, como ha sucedido con el PT, Movimiento Ciudadano, PES y PANAL, la tarea que sus dirigentes tienen que hacer, es “cobrar la prerrogativa”, generalmente millonaria y gastársela entre los dirigentes formales y sus beneficiarios.

La próxima elección federal, incluye el cambio del inquilino de los Pinos; la renovación de los integrantes del H. Congreso de la Unión (500 Diputados y 128 Senadores); el cambio de algunos Gobernadores; Diputados locales; Presidentes Municipales, Síndicos y Regidores; lo que despierta un gran interés en participar, en la clase política mexicana; y en los sectores sociales que siempre se ven afectados en su economía, en su nivel de vida y en todo lo relacionado a la “cosa pública”; razones suficientes, para que la ciudadanía, participe y ejerza el poder de su voto, para definir el rumbo, o la dirección política, del país.

Lo primero que se necesita para estar preparado y ganar la elección, es la renovación de cuadros dirigentes y de representantes ante los organismos electorales encargados de la organización del proceso electoral; pues la preparación y experiencia en la materia, resultará necesaria para articular a los miles de hombres y mujeres que ya se alistan para desempeñar el trabajo que les corresponda hacer, para ganar afectos, simpatías y sobre todo “votos” que se traducen en los sufragios que expresan la voluntad democrática del pueblo, para elegir a sus autoridades.

La autocrítica que se impone para aerear las dirigencias nacionales de los partidos políticos, obliga al mismo tiempo, a la renovación de cuadros; y el hecho de que los resultados electorales en el Estado de México, por ser la elección más reciente, hayan favorecido al PRI, no significa que deba seguir al frente del Revolucionario Institucional, don Enrique Ochoa Reza, cuya novatez, impreparación y falta de experiencia, se le notaron a flor de piel y fue descalificado en el debate político, a tal grado que si no hubiera contado con los principales miembros del gabinete presidencial, que fueron comisionados para organizar y hacer ganar la elección en los principales municipios del Edomex, a estas alturas, la militancia tricolor del Estado de México, estaría lamentando la derrota que por escaso margen de votos correspondió a la candidata de MORENA y no al licenciado Alfredo del Mazo Maza, quien gobernará al Edomex, contando con una base social traducida en votos que apenas llega al treinta por ciento del electorado.

Y así como el dirigente nacional del PRI tiene que dejar el cargo, los dirigentes de los comités estatales y municipales, también tendrán que ser removidos, con muy honrosas excepciones, donde su permanencia resulte indispensable para contribuir al triunfo de la elección presidencial de 2018. Faltando un año para las elecciones que acompañan a la presidencial no se puede mantener en los cargos de dirección del partido, a los amigos, a los incondicionales, a los recomendados, ni a los aduladores, porque si en la próxima elección, llegara a salir el PRI de los Pinos, nunca más volvería a ganar y difícilmente lograría recuperar el posicionamiento que durante ochenta y siete años mantuvo gobernando desde la República, hasta las principales entidades federativas y municipios de México.

La confrontación que se está generando entre los seguidores del licenciado Andrés Manuel López Obrador y sus afiliados al partido MORENA, en contra de los que él mismo llama “la mafia del poder”, está originando el “Quintacolumnismo”, que consiste en que diversos sectores de la población que aparecen como militantes de un partido, esperan que llegue el momento de la traición, para votar por la contraparte y generar una sorpresa en el resultado electoral, como acaba de suceder recientemente en la elección presidencial de los Estados Unidos de Norteamérica, donde muchos supuestos simpatizantes de Hilary Clinton, esperaron el momento de la traición, para votar por Donald Trump, aunque ahora estén sufriendo las consecuencias. Igual lección se llevó David Cameron, Primer Ministro Inglés, cuando convocó al referendo del Brexit y teniendo todo para ganar, a la hora de la hora los quintacolumnistas, le dieron la vuelta con su voto al resultado que determinó la salida del Reino Unido de la Unión Europea y al mismo tiempo, la salida de Cameron.