A sus casi 90 años, Félix Cruz Hernández, veterano y fundador del Heroico Cuerpo de Bomberos de Xalapa disfruta del libro Un mundo feliz, de Aldous Huxley sentado en el albergue de Cáritas de Xalapa, donde se refugió tras la pérdida de sus familiares.
“Fui de los fundadores en 1944, teniendo 14 años. Había dos cubetas, dos palas y un pico y andábamos corriendo con eso para los siniestros que había, antes que había mucha casita de madera en ese tiempo, porque yo ya estoy medio veterano”, recuerda con una mente lúcida y llena de anécdotas.
“Como yo estaba solo y no podía caminar bien, me fue a ver y se compadeció de mí y me trajo, le agradezco mucho. Aquí lo tienen a uno como marrano en gorda, come uno y a dormir”. El veterano del cuerpo de Bomberos, Primer Oficial y Teniente estaba enfermo de las rodillas, ya no caminaba y tenía mucho estrés, por lo que el oficial Mario Muñoz buscó ayuda y lo llevó a este albergue.
“Él ya ahorita no tiene familia, no tiene quién y me pidió que si buscaba un lugar donde estar mejor… Buscamos aquí, el lugar le parece perfecto. Le dan sus medicinas, lo tienen bien cambiadito, es una gran alegría para nosotros que haya quien se preocupe por nuestros ancianitos”.
Abuelos rescatados del abandono
En esta casa asistencial auspiciada por la asociación civil Cáritas de Xalapa ubicada en la calle Venus número 8, colonia 26 de Agosto, entre el fraccionamiento Buganbilias del Sumidero y la planta de luz se refugian actualmente 34 abuelitos, la mayoría rescatados por vecinos o familiares cuando se encontraban en el abandono y en la calle, la mayoría padece demencia senil u otros trastornos y enfermedades propias de la vejez.
Sentada en una mecedora, Concepción Paz Engracia Meza Lobato de 85 años pasa la mayor parte del tiempo arrullando a un muñeco. La madre Bertha Criollo Vásquez, voluntaria en este albergue cuenta que desde hace un año dice que es su nieto. Concepción perdió casi al mismo tiempo a su esposo, a su hija quienes murieron por distintas enfermedades y su hijo desapareció.
“Nos dicen que es originaria de Xalapa, pero vivió en Tuxpan».
Ella fue maestra en inglés y tuvo su esposo y dos hijos. Un hijo desapareció, nunca jamás supo de él, por más que lo buscó nunca lo encontró. Su marido murió y la hija falleció de cáncer. Ante todas las pérdidas que tuvo también se quedó en la calle porque no tuvo quien la ayudara. Los vecinos, gente conocida fue la que nos contactó para que le echáramos la mano. Ella al legar aquí siempre fue una persona recta, muy pulcra en todos los sentidos. Poco a poco hemos visto que su mente se va deteriorando más.
Ese bebé nosotros lo vemos como si fuera, lo cuida como su nieto. Dice que es su niño que se lo regalaron, dice que es su niño, lo cuidad como un bebé, le da de comer y todo, de alguna manera estamos viendo que está reflejando a sus hijos que se le extraviaron. Pensamos que ante tanto dolor, la pérdida de su esposo y la pérdida de su hijo, la enfermedad de su hija que ya estaba falleciendo, ella se fue trastornando”.
Necesitan psicólogos
Pese a las múltiples patologías que enfrentan los abuelos al ser una institución altruista el albergue de Cáritas carece de especialistas que atiendan a sus residentes, por ello la madre Dulce María Argüelles Rosas llama a los estudiantes de psicología a que realicen ahí su servicio social.
“Necesitamos de personas que vengan a auxiliarnos, pero por el momento no. Hemos solicitado en algunas escuelas, de los estudiantes para que vengan a hacer aquí su servicio social y les ayuden a los abuelitos”.
La mayoría de los abuelos rescatados no cuenta con documentos oficiales como identificación o acta de nacimiento, por lo no pueden acceder a programas sociales como el Seguro Popular o a pensiones de adultos mayores.
Aumenta el abandono de ancianos en Xalapa
De acuerdo a las voluntarias, el abandono de personas en los últimos años ha aumentado, por ello atienden además a personas jóvenes.
“El objetivo del albergue es para ancianos, abandonados y enfermos en fase terminal que no tienen quién vea por ellos, pero ante la situación, van a poder ver aquí algunos jóvenes” dijo Dulce María Argüelles, voluntaria.
“Ha aumentado mucho, porque a veces es diario que nos están hablando para el ingreso de personas. Se ha visto que va en aumento”.
El teléfono para recibir donaciones es el 8103586. Este albergue atiende a ancianos abandonados, enfermos desahuciados, discapacitados y personas sin respaldo familiar, por lo que los alimentos, pañales, medicamentos y donaciones económicas son prioritarias.