POLÍTICOS NECIOS Y CAPRICHOSOS, DE VIDA EFÍMERA Y DESTINADOS AL OLVIDO.

Como una obsesión que se conoció del entonces candidato presidencial norteamericano Donald Trump, la construcción de un “muro de la ignominia”, no la olvida el hoy presidente de la nación más rica y poderosa de la tierra. Se dice que le generó muchos votos de norteamericanos simpatizantes con la discriminación racial y contrarios a los flujos migratorios de la gente de raza negra y latinos, a quienes el racismo de los blancos, les atribuye el contrabando de las drogas, sin las que, no pueden vivir los jóvenes y unos ya no tan jóvenes integrantes de la comunidad gringa. Mientras tanto, la construcción del muro fronterizo con México, avanza.

La construcción del muro, mientras tenga financiamiento del gobierno de Trump, nadie la puede parar; sin embargo, en cuanto el presidente norteamericano pretenda cumplir alguna de sus amenazas para afectar el bolsillo de los migrantes legalmente establecidos y empleados en los Estados Unidos, a través de la “confiscación” de las remesas que permanentemente fluyen hacia nuestro país para apoyar la economía de los familiares pobres que se quedaron “allende a las fronteras” del país del norte, habrá reacción y seguramente será tan fuerte, que podría generar un rompimiento de relaciones diplomáticas, sin precedente en la historia reciente de ambas naciones.

Nicolás Maquiavelo en su obra el Príncipe, recomendó dos límites al ejercicio del poder de los príncipes. Por un lado no tocar el bolsillo y no agraviar el honor de sus súbditos, porque entonces (como había sucedido en algunos principados) la respuesta acompañada de la violencia y la desobediencia civil, había traído el derrocamiento de los príncipes autoritarios. De manera que el presiente norteamericano Donald Trump y sus asesores políticos y diplomáticos, están obligados a valorar las reacciones de los mexicanos, políticos y pueblo en general, que a través de los medios de comunicación han reiterado su negativa para contribuir a los caprichos de Donald Trump.

Antes del ocho de noviembre, fecha fatídica para México, por el triunfo electoral de Donald Trump, en su visita a los Pinos planteó el financiamiento del muro divisorio en la frontera México-Estados Unidos; y la respuesta del presidente Peña Nieto al candidato republicano, fue “un suave no”, generando también el reclamo y la inconformidad de diversos representantes de los sectores sociales, económicos y políticos de México, que esperaban mayor contundencia y firmeza para defender los intereses de nuestro país, por parte del presidente Enrique Peña Nieto.

Por lo visto, Trump no quitará el dedo del renglón, aunque tenga otros problemas que resolver, que pudieran ser de mayor envergadura que el caprichoso muro, pero dado el carácter que ha mostrado y su insistencia en el tema, seguramente continuará de “cobrón”(no de cabrón, de cobrón $$$), tantas y cuantas veces tenga enfrente al licenciado Enrique Peña Nieto, sin importarle la agenda diplomática o el motivo de la reunión.

Como medida preventiva y con tantos asesores y arrastra lápiz que cobran en las oficinas de presidencia en Palacio Nacional; el gobierno de México debería demandar al gobierno de Estados Unidos de Norteamérica, una jugosa indemnización, mayor al costo de la construcción del muro, para resarcir los daños ocasionados con los más de ciento veinte mil muertos, fallecidos en los últimos diez años, a manos de la delincuencia organizada y de la guerra contra las drogas, iniciada por el expresidente Felipe Calderón Hinojosa, continuada hasta nuestros días y sin poderla superar, controlar o terminar por la SEDENA, la SEMAR, la PF y todas las corporaciones policiacas de los Estados y municipios.

La base legal para demandar tal indemnización a los gringos, sería la culpabilidad que les resulta por el contrabando de armas que permanentemente hacen llegar a nuestro país, como el decomisado arsenal del pasado fin de semana, en Nuevo Laredo Tamaulipas, colindante con el multicitado muro fronterizo, del que destacan setenta y ocho fusiles AR-15, trece fusiles AK-47, cinco lanza granadas y treinta mil cartuchos de diversos calibres, uniformes tipo militar, mil trescientos setenta y nueve cargadores para fusil AR-15 y AK-47 y los famosos operativos convertidos en escándalos por las ventas masivas de armas en Estados Unidos a cárteles mexicanos, de los que resultó el más oprobioso y publicitado, denominado “Operación Rápido y Furioso”, llevado a cabo entre los años 2006 y 2011, bajo la complacencia, en ese entonces, del ex presidente Barack Obama y de la Secretaria de Estado Hilary Clinton.

Haciendo cuentas y compensando deudas, Estados Unidos le sale debiendo a México, tantos miles de millones de dólares, que serían suficientes no sólo para pagar el muro fronterizo, sino que quedaría un remanente para sacar del rezago social y la pobreza a los más de sesenta millones de mexicanos que registra el INEGI.