El DESCREDITO DEL INE PRELUDIO DE SU DESAPARICION.

El Instituto Nacional Electoral (INE) ante el mayúsculo descrédito que ha acreditado a pulso, está condenado o encaminado a su reestructuración o bien su desaparición definitiva, pues se pensó que con un organismo tan caro, era suficiente para dar seguridad y garantía a los procesos electorales sin embargo, su burocratización extrema, deficiencia o negligencia en sus funciones ha consolidado la desconfianza plena y las elecciones reciente lo confirman.

Se pensó que el presidente de ese organismo, Lorenzo Córdoba, por ser hijo de un luchador y crítico social como ArnoldoArnaldo Córdoba- fundador del partido comunista- era suficiente para darle autoridad moral a ese organismo tan importante para la estabilidad política del país y, no ha sido así, pues no ha hecho sentir la autoridad que tiene para darle credibilidad a los procesos electorales que, de inicio , son manipulados por los grupos de poder y el actuar no oportuno, lleva a exacerbar los ánimos de la sociedad y se pone entredicho su credibilidad, y en peligropeligroso a la nación.
Hasta ahora, no ha existido una demostración elocuente que el árbitro del proceso actúe con energía, pues los casos paradigmáticos de Coahuila , el Estado de México , por ejemplo, han dejado mucho que desear al no actuar con la atingencia que se requiere, y ahora se tendrá que esperar que se resuelvan las cuestiones en el Tribunal del Poder Judicial de la Federación que ,de entrada, se vuelve muy formalista , es decir, de estricto derecho cuando , por tratarse de problemas sociales que inciden sobre el país , debería suplirse la deficiencia de la queja para resolver a conciencia y verdad salida, esto, analizar las causas y sus efectos, alejándose de la prepotencia que ejercen tantos los poderes gobernantes, o los poderes fácticos que enervan el ambiente social, ahí está el caso de la tarjetas Monex que llevaron a la presidencia a Peña Nieto.
Sin duda que la elección del 2018 no será del todo confiable, si el INE y luego los tribunales no observan las condiciones sociales que prevalecen, pues aprovecharse de la ignorancia, necesidad y miseria extrema de los ciudadanos para conseguir votos, como se hace y se ha hecho siempre, no constituyen , por sí solo, la nulidad de cualquier elección porque hacerlo de esa manera, no puede afirmarse que exista equidad entre los contendientes y siempre ganarán quien más derramen recursos económicos u ofrezca obras que jamás se realizan, o bien en el caso de un empresario de la construcción en San Andrés Tuxtla, en Veracruz, que regaló cemento, cal y varilla para cooptar la voluntad ciudadana para ser el presidente municipal por un partido independiente, similar al estado de México donde los funcionarios del presidente arroparon la elección para el triunfo de su pariente, pero si cuestionamos y condenamos a Venezuela.
El dinero del poderoso mata momentáneamente la necesidad, pues al pordiosero a quien se le da una dádiva o limosna , no le resuelve su problema, solo prologa su lamento, por eso , la existencia de una política asistencialista que se hace con recursos públicos como ha sucedido, debe conllevar en automático a la pérdida del registro del partido que lo promueva y obviamente a la nulidad de una elección y la autoridad electoral no debe actuar como si la virgen le hablara sino, por el contrario, para que haya confianza, debe actuar con todo rigor y energía, y que el triunfo sea producto del esfuerzo de candidato y ajeno a cualquier componenda, pues no se podrá hablar de la existencia de régimen democrático y de derecho, sino de un sistema de corrupción electoral que se apoya y sustenta en la impunidad.

Ahora bien, las elecciones que acaban de celebrarse probaran si realmente estamos preparados para la democracia, como lo aseguró en 1909 el general Porfirio DÍaz al periodista James Creelman y que animó a Madero a competir por la presidencia de la república para luego confirmar que era una engañifa que con la pradera seca, una chispa abrió el camino de la revolución de 1910 y, conviene recordar que 62 años después , en 1970, otro presidente, Díaz Ordaz declaró en entrevista televisada con Pallares, que el país no estaba preparado para la democracia, y ahora , no vaya a suceder que Peña Nieto, 47 años después, nos sorprenda que la democracia no existió en Grecia y que lo mejor, por onerosos y ociosos , es terminar con el Instituto Nacional Electoral y los tribunales electorales , por no cumplir con su función histórica .La historia, es la historia, diría Perogrullo.
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