Sessions desafía a Trump y dice que seguirá, pese a sus ataques

El fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, aseguró ayer que tiene intención de continuar en su puesto, a pesar de las críticas del presidente Donald Trump, quien el miércoles le recriminó duramente su decisión de apartarse de la investigación de la trama rusa.

El miércoles, en una entrevista con The New York Times, Trump aseguró que, de haber sabido que Sessions iba a apartarse de la investigación sobre los presuntos vínculos de su campaña con el gobierno ruso, no le habría elegido para el puesto.

“Francamente, creo que es muy injusto para el presidente, y ese es un término suave”, afirmó el mandatario estadunidense sobre la decisión de Sessions de apartarse, en marzo, de la investigación. “¿Por qué asumes una labor y luego declinas hacerlo?”, añadió Trump.

La respuesta de Sessions fue tan suave como contundente: “Tengo el honor de servir como fiscal general. Es algo que va más allá de cualquier idea que hubiera tenido para mí mismo. Nos encanta este trabajo, amamos este departamento y pienso seguir ejerciéndolo siempre y cuando sea apropiado”, afirmó el fiscal general en una rueda de prensa convocada para desvelar una operación policial.

Frente a la insistencia de la prensa, Sessions se limitó a decir que el departamento de Justicia continuará “cada día trabajando duro para servir a los intereses de la nación”. “Confío plenamente en que seguiremos dirigiendo este departamento de manera efectiva”, subrayó el fiscal en jefe de EU.

DEFENSA DÉBIL. Por su parte, la portavoz adjunta de la Casa Blanca, Sarah Sanders, comentó en una rueda de prensa que Trump confía en Sessions y no tiene intención de pedir su renuncia. Sanders agregó que al presidente le decepcionó la decisión de Sessions de apartarse de la investigación rusa, pero “claramente tiene confianza en él o no sería el fiscal general”.

CONTEXTO. En marzo, Jeff Sessions decidió apartarse de la investigación después de que saliera a la luz que había tenido dos encuentros con el embajador ruso en EU, Serguéi Kislyak, durante la campaña presidencial, cuando el entonces senador era uno de los asesores más cercanos a Trump.

Sessions no reveló esos encuentros durante su audiencia de confirmación como fiscal general en el Senado, por lo que recibió una fuerte presión política y pública para que se recusara, a lo que terminó accediendo.

La investigación sobre Rusia se encuentra ahora en manos del fiscal especial Robert Mueller, director del FBI entre 2001 y 2013, quien trata de comprobar si la campaña de Trump se coordinó con el Kremlin para influir en el resultado de las elecciones.