Los momentos de crisis que vive Venezuela, gobernada por el troglodita Nicolás Maduro, quien creyéndose heredero de la potestad divina que le entregó en agonía, su predecesor el golpista ex presidente Hugo Chávez, fallecido el cinco de marzo de 2013 y cuyo liderazgo le permitió fundar el Movimiento Quinta República, para fusionarlo después al Partido Socialista Unido de Venezuela, que dirigió hasta el año 2012 en que obtuvo una victoria electoral, que le abrió las puertas para consolidar la presidencia de la República de Venezuela; a donde llegó, precedido de movimientos y golpes subversivos revolucionarios.
Los enfrentamientos contra el Presidente Maduro, se han intensificado desde el año 2015, con la declaración de Panamá en la Séptima Cumbre de las Américas. Acusando de promover la alteración democrática de Venezuela, que generó el encarcelamiento de un gran número de presos políticos, respaldados por los antiguos jefes de estado y de gobierno como Jorge Quiroga de Bolivia, Sebastián Piñera de Chile; Andrés Pastrana, Álvaro Uribe y Belisario Betancourt de Colombia; los costarricenses Miguel Ángel Rodríguez, Rafael Calderón Guardia, Laura Chinchilla; Oscar Arias; Luis Alberto Monje; Osvaldo Hurtado de Ecuador; Alfredo Cristiani y Armando Calderón de El Salvador, José María Aznar ex presidente de España; Felipe de Jesús Calderón Hinojosa y Vicente Fox Quezada, ex presidentes de México.
Igualmente con la participación de Mireya Moscoso de Panamá; Alejandro Toledo de Perú, Fernando de la Rúa de Argentina; Henrique Cardoso de Brasil; Ricardo Lagos de Chile, Sixto Durán Ballen de Ecuador, Ricardo Martineli de Panamá; Hipólito Mejía de República Dominicana; Luis Alberto Lacalle de Uruguay, Jean Chretien de Canadá, Dilma Rousseff de Brasil; todos estos políticos demócratas de Iberoamérica, unidos en la Cumbre de las Américas, para exigir una mayor liberación y excarcelación de los presos políticos; acabar con la violencia callejera y encarcelar a los auténticos criminales.
Al pronunciamiento de la Séptima Cumbre de las Américas, el Presidente de Venezuela Nicolás Maduro, a través de la Ministra de Comunicación e Información del gobierno venezolano, Delcy Rodríguez, dio una respuesta contundente e insultante para los que consideró promotores y apostadores de quienes buscan el derrocamiento del gobierno constitucional venezolano, expresándoles adjetivos injuriosos y calificándolos como desvergonzados promotores golpistas de la insurrección contra el gobierno instituido y bajo su mando.
Las consecuencias que sufre el pueblo venezolano en su mayoría, derivan del bloqueo comercial internacional, en el que participan todos los países latinoamericanos, incluyendo a los países de América del Norte, Canadá y Estados Unidos y a México, cuyo desafío del Presidente Maduro, con insultos y retos al presidente de la República Mexicana licenciado Enrique Peña Nieto, así como la desatinada participación de la canciller venezolana Delcy Rodríguez, quienes lo único que lograron fue endurecer la relación diplomática y sumar abiertamente a México, a las voces que demandan respeto a la democracia en Venezuela, libertad inmediata a los presos políticos; cese a la represión y retiro de los grupos militares y paramilitares de las calles venezolanas, dedicados a agredir a quienes ejercen el derecho a la libre manifestación y las libertades de expresión y difusión del pensamiento.
El respeto a los derechos humanos, se impone como un reclamo de la Comunidad Internacional en favor de los venezolanos y se espera que a la elección de la Asamblea Constituyente, calificada de espuria y amañada para prolongar su mandato como presidente de Venezuela al dictador Nicolás Maduro, asistan voluntariamente los que así lo deseen y emitan libremente su voto, de la misma manera los que así lo decidan, sin más represión ni derramamiento de sangre, ni privaciones de la libertad, asesinatos o desapariciones forzadas.
El bienestar, progreso y justicia social, tendrán que surgir de las causas justas y legítimas aspiraciones de los venezolanos. La historia de éste terrible acontecimiento de repercusión internacional, todavía no se escribe y más pronto de lo que piensa el odiado absolutista y tirano Nicolás Maduro se tendrá que inscribir en las páginas de la Carta Fundamental de la República de Venezuela.