Se dice, no sin razón, que a río revuelto, ganancia de pescadores y más cuando el escándalo mediático llega a niveles descomunales como es el caso de Veracruz en que se vendió, con todo garbo, que el saqueo de los bandidos incrustados en el gobierno de Javier Duarte se despachaban con la cuchara grande y que, tanto la procuraduría de justicia del Estado como la general de la República se hacían de la vista gorda, la primera por lo que se refiere a los recursos locales y la otra, en cuanto a los que envía la federación por participaciones federales.
Pese a la existencia de denuncias puntuales de la Auditoria Superior de la Federación, según declaraciones del auditor federal, la procuraduría general de la república a cargo de Murillo Karam ,Arely Gómez- hoy secretaria de la función pública y Cervantes Andrade respectivamente , en silencio cómplice y sepulcral nada hicieron por mitigar o parar el saqueo que se anunció de mil maneras, lo que lógicamente quiere decir que el presidente Peña Nieto lo consintió de antemano pues, de otra suerte, esto no hubiera continuando cuando se pudo haber cerrado la llave que tiene la secretaría de Hacienda que de un tajo detiene el fluido de recursos, lo que significa que todo fue un complot ante las próximas elecciones que necesitarán muchos recursos.
Si ya vimos que nada pasó y los excelsos gobernadores, de nuevo cuño ,de los que se vanaglorió y presumía el señor Peña, está en la cárcel o anda libre, viene acreditar que había un solapamiento extremo y que, en consecuencia tenemos que conformarnos con las miserias pírricas que se podrán rescatar de lo robado que, obviamente , será poco, pues los contadores al servicio de ellos tienen y tuvieron la capacidad de esconder lo más y que sea lo menos que se reintegré sin mayores resultados, pues con los criterios de oportunidad y la reparación anticipada, así como la delación de testigos protegidos, hará posible que después se puedan pasear libremente por la ciudad, en síntesis es un atraco sin consecuencias punibles por la desesperación de presumir lo que en los hechos no era posible, solo si se hubiera actuado con prudencia en el manejo jurídico, lo que no se hizo, pue lo hecho de manera atrabancada lleva al precipicio , pero más que nada al escarnio.
En fin, en el pecado se lleva la penitencia, pues en el afán de notoriedad y no aplicar la prudencia, se violenta la presunción de inocencia y un debido proceso en el sentido de integrar jurídica y correctamente todas las carpetas de investigación, para , en silencio y la secrecía que se exige , los señalados como imputados se les acreditara los actos u omisiones de su conducta que se tipifica como delito y así poderse aplicar una pena y se obtuviera la condena de reparación del daño causado y no en la forma que se hizo, pues los acuerdos reparatorios anticipados cierran el juicio, pues tal parece que fue un plan con maña, por aquello que entre bandidos no hay jerarquías y en el desorden, “lo caído, caído”.
Lo que se ha publicado en JORNADAVERACRUZ-21,22 y demás días de este mes- dan cuenta que han desaparecido el 85 por ciento de las propiedades de Duarte, esto es , se esfumaron como por ensalmo, ahora tendrá que verse, en manos de quien están, pero imaginemos lo que acontece con los demás bandidos que le ayudaron al saqueo como Audirac, Spinoso ,Flavino Rios ,Gómez Peregri .Ricardo García ,Alberto Silva y el cúmulo de alimañas que tuvo a su servicio, que ahora niegan toda relación en actos de corrupción, lo que es lógico e indiscutible, porque nadie tiene el carácter o la dignidad para decirle al presidente de la república o al gobernador que su actuar es incorrecto, ,por lo mismo, se está en el derecho de alegar que solo se cumplió lo ordenado.
En las relatadas consideraciones se puede augurar desde hoy, que si el socavón es de la magnitud que se publicitó en su momento y que tiene enardecida a la sociedad y que Yunes Linares presumió que recató muchos bienes o cientos de millones de pesos, tendrá que transparentarlo para que no exista la menor sospecha que en el manoseo hubo un “ganeo”, pues los bandidos no tienen escrúpulos y menos quienes devuelven lo robado pues lo que estamos viendo en el “affaire” veracruzano nos va llevar a un mayor desánimo y si el gobernador Yunes Linares solo se aprovechó de esa coyuntura, no le arriendo las ganancias.
Si lo procuradores generales de la república que fueron omisos en actuar oportunamente contra los gobernadores denunciados no están en la cárcel, menos lo estarán los de las entidades federativas donde quienes tienen ese cargo solo es amanuense del gobernador en turno.
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