Viejo PRI, más de lo mismo

En el artículo 69 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se encuentra plasmada la obligación del presidente de la república de entregar al Congreso de la Unión, el informe presidencial; presentando un informe por escrito en el que manifieste el estado general que guarda la administración pública del país.

El informe que el presidente Peña Nieto presenta ante el Honorable Congreso de la Unión y a la nación, contiene las acciones ejecutadas para la consecución de los objetivos del plan y sus programas durante el año de referencia. Se integra por un texto político que es el informe escrito y un anexo estadístico. Es un resumen de las actividades, obras, relaciones establecidas y resultados, en las distintas esferas de desarrollo como son: economía, política, salud, seguridad, etc. Así mismo luego de presentar el Informe, cada una de las Cámaras realiza su análisis.

El primer presidente de la República en rendir un informe fue el General Guadalupe Victoria, quien no se encontraba obligado a hacerlo, sin embargo se presentó ante el Congreso para dar cuenta sobre la marcha de su gobierno. Con la llegada de Porfirio Díaz al poder se inicia una etapa de orden y progreso, así que Díaz se presentó al Congreso el 1 de abril de 1877 anunciando que comenzaba la época de la reconstrucción constitucional, esto es bajo el amparo de la ley suprema, se afirmaría la paz y se protegerían bajo su benéfico influjo todos los intereses legítimos con el propósito de desarrollar los grandes elementos de riqueza del país.

Los presidentes que atravesaron la década revolucionaria, Francisco I. Madero, Victoriano Huerta y Venustiano Carranza, poco tuvieron que informar de aquello que no tuviera que ver con el estado de guerra del país.

En el quinto año de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, en términos de finanzas públicas, no se logró superar la visión de corto plazo; si bien los ingresos tributarios han aportado más al gasto público, aún no lo solventan al 100 por ciento. Las presiones que tiene el gobierno federal para pagar el costo financiero de la deuda, participaciones estatales y pensiones, seguirán creciendo para el próximo año, por lo que el gobierno tendrá poco margen de maniobra.

Cifras estadísticas muestran que la mayoría de los mexicanos reprueba la gestión de Peña Nieto, no confían en él y expresan que su peor error ha sido no combatir la Inseguridad, la Corrupción y el aumento al precio de la gasolina. El sector empresarial reprueba la manera en que l gobierno federal resuelve los problemas económicos del país. Y los jóvenes o millenials lo perciben muy lejano al pueblo.

El presidente Peña ha tenido que enfrentar el aumento de los índices delictivos en el país, la percepción de inseguridad que sienten los mexicanos y la molestia de las Fuerzas Armadas por tener que “perseguir delincuentes”; además de los “escándalos” en que se ha visto envuelta su administración: la Casa Blanca, los 43 de Ayotzinapa, Paso Expres, Odebrecht; solo por citar algunos ejemplos, son las principales causas del bajísimo nivel de aprobación del presidente Enrique Peña Nieto.

El presidente Peña Nieto está obligado a consolidar las reformas estructurales y sacar los pendientes que ya tienen los legisladores, y así mantener la nación en el camino del desarrollo económico, social y político.
La organización Mexicanos contra la Corrupción presidida por el empresario Claudio X González, no opina igual que los diputados priistas y algunos panistas, respecto a los grandes logros y avances del presidente Enrique Peña Nieto, ya que hace apenas unos días, el presidente en una reunión con empresarios “dueños de México”, recriminó al señor Claudio González Guajardo, la actitud de su hijo Claudio X González y le espetó “tu hijo debería dejar de ser tan crítico con el gobierno”; esto ante el asombro de los asistentes.
Este reclamo después de darse a conocer por el propio Claudio X González que estaba siendo víctima de espionaje por parte del gobierno, por eso en declaración hecha a The New York Times, el empresariado González Guajardo dijo “estamos asediados y seguiremos denunciado la corrupción y la impunidad cuando las encontremos sean públicas o privadas”
El presidente Peña Nieto debería de bajarle dos rayitas a sus amenazas y recordar aquel refrán de que “la ropa sucia se lava en casa”