Se debe superar el egoísmo y los obstáculos para cumplir con la misión personal, indica Arzobispo de Xalapa

El arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, señaló que para cumplir con la misión de ir al cielo para estar con el Padre Celestial, se debe superar el egoísmo y dedicarse cada quien a su cruz, es decir, a su destino.

«Jesús lo dice claramente en el Evangelio, si quieres venir conmigo niégate a ti mismo, supera tu egoísmo, piensa en Dios y en tus hermanos y dedícate a ellos, toma tu cruz, es decir tú misión».

En la homilía, indicó que los fieles al intentar alcanzar el objetivo, se es imitador de Jesucristo, por lo que quien está convencido de su fe, sabe que va a sufrir y ser perseguido.

«La enfermedad y el sufrimiento, debemos ser imitadores en su pasión, que vamos a sufrir, quien está convencido de su fe sabe que va a sufrir y ser perseguido, en redes a todos nos dicen hasta la despedida, a unos les caemos bien, es parte de lo que nos toca sufrir».

En este sentido, abundó que en ocasiones, existen personas que tratan de persuadir a los demás de su misión, es decir, tratan de poner «zancadillas», por lo que se debe de anteponer la fe y la voluntad.

«En ocasiones no se comprende la misión de una persona, y entonces se le trata de cambiar de opinión, de idea y se encuentran obstáculos, zancadillas, estorbos, fuego amigo que nos dicen por ahí no es, y eso dice el evangelio de hoy».

Dijo que las tentaciones, son alguien que quiere cambiar los planes, y por tanto se convierte en un estorbo.

«Si alguien es casado los obstáculos son los chismes, los comentarios, divórciate, a un sacerdote le dicen para que sigues en eso, a lo largo también tenemos tentaciones, que nos quieren apartar del llamado».

El sacerdote insistió en que la misión de cada uno es llegar al cielo e incluso refirió la canción de la Bamba, «la escalera grande es la gracia de Dios porque nosotros no podemos con nuestras débiles fuerzas y la escalera chica es nuestra voluntad, que queramos cumplir nuestra misión, y que sepamos resolver los obstáculos y las zancadillas, el fuego amigo que nos trata de cambiar de nuestra vocación y misión».