Y sin embargo… se mueve

“Le style c”est l”homme même” (el estilo es el hombre). La frase fue acuñada por Georges-Louis Leclerc, Conde de Buffon, en su disertación inaugural tras su elección como uno de los “cuarenta inmortales” de la Academie Française.
Y efectivamente así es. El estilo es lo que nos hace ser lo que somos, es la expresión de nuestra individualidad en cuanto seres sociales. Es el resultado del ejercicio reiterado de la libertad personal ante las innumerables circunstancias independientes de nuestra voluntad en las que hemos tenido que ir definiendo lo que queremos ser. Ese estilo es, por tanto, el retrato. El de verdad. El físico y el psicológico. El retrato biográficamente construido, que refleja no sólo lo que somos, sino lo que hemos llegado a ser.
Por eso, a partir de un determinado momento, el estilo queda fijado y únicamente admite retoques insignificantes.
Así como las huellas dactilares, la retina, la palma de las manos, la forma de la oreja, nuestro genoma o mapa genético, de igual forma nuestro estilo es nuestro sello personal. Por eso es que ahora que leímos la patética carta que oficialmente le atribuyeron al Secretario de Finanzas y Planeación, Guillermo Moreno Chazzarini, creímos haber estado leyendo las frases iracundas, viscerales, del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares. El estilo es el hombre, y el hombre que firmó esa carta no parecía el titular de Sefiplan, sino el mismísimo Demonio Azul que descargó todo su hígado retorcido, su contaminado páncreas, su bilis verdosa, sus entrañas pestilentes, contra el Senador José Yunes Zorrilla. Se ve que calaron hondo las palabras del peroteño. El legislador ya respondió algo similar a esto: “Eppur si muove” (…y sin embargo se mueve), frase atribuida a Galileo Galilei.