El dictador de Corea del Norte, Kim Jong-un, celebró ayer “con orgullo” el éxito del último lanzamiento de un misil por parte del régimen, y aseguró que su programa de armas está destinado a crear “un equilibrio” con el de Estados Unidos.
Los medios norcoreanos celebraron el éxito del lanzamiento del viernes con una gran difusión de imágenes en las principales cabeceras y advirtiendo de que fue un mensaje destinado a “calmar la beligerancia de EU”, que ha amagado con atacar a Pyongyang, según recogió la agencia oficial norcoreana, la KCNA.
“Nuestro objetivo final es establecer un equilibrio de fuerza real con EU y hacer que sus gobernantes no se atrevan a hablar de opción militar”, aseguró Kim durante la supervisión del lanzamiento, en respuesta a los repetidas insinuaciones de Donald Trump de optar por este camino para poner fin a su escalada armamentística.
El de la víspera fue el decimoquinto lanzamiento exitoso de un misil balístico de Pyongyang en lo que va del año, y se produjo apenas tres días después de que Naciones Unidas impusiera un nuevo paquete de sanciones contra Pyongyang.
A su vez, el lanzamiento forzó una nueva reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, que condenó la acción del régimen pero rehusó por el momento buscar nuevas sanciones.
Kim alabó “con orgullo” el éxito del test y dijo que la eficacia y la fiabilidad del proyectil, que voló unos 3 mil 700 kilómetros y sobrevoló la isla de Hokkaido, al norte de Japón, fueron “totalmente verificadas”.
“Hemos conseguido todos estos logros a pesar de las sanciones de la ONU, que han durado décadas pero nunca les han dado ningún beneficio”, apostilló Kim.
