Las desgracias nunca llegan solas; vienen acompañadas de otras, que complican la solución en perjuicio de los que menos tienen. Y como el valor fundamental del hombre, es la vida, aquellos que murieron por las inundaciones generadas por los huracanes y los temblores, que alcanzaron altos grados de intensidad, derrumbando casas y edificios en el centro de la Ciudad de México y en los estados de Oaxaca, Puebla, Morelos y Chiapas; que sepultaron a más de trescientos compatriotas, entre hombres, mujeres y niños, de todas las edades, cuyos restos aún no han sido rescatados en su totalidad.
Quienes perdieron la vida han dejado a sus familiares con hogares enlutados y llorando la pena que causa la muerte de familiares, amigos y vecinos; pues no es necesario sufrir en carne propia la inesperada muerte de un ser querido para acompañar en su dolor a sus deudos, sino que los buenos sentimientos de la mayoría de la gente, hacen compartir el dolor, que solo se cura con el paso del tiempo y la resignación. Ahora la carga mayor para los sobrevivientes de los sismos, consiste en reparar los daños ocasionados a las viviendas, a las escuelas y a los centros de trabajo de quienes viven en los lugares de mayor afectación puesto que a juicio de las autoridades de Protección Civil, de Desarrollo Urbano y de Permisos de Construcción, el primer censo reporta más de tres mil inmuebles dañados, que tendrán que ser reparados y certificados para que vuelvan a ser ocupados y en casos extremos, tendrán que ser derrumbados, para evitar mayores desgracias.
La propiedad de las tierras y aguas comprendidas dentro de los límites del territorio nacional, corresponde originariamente a la nación y el derecho para transmitir el dominio de las tierras y aguas a los particulares, seguirá siendo de la nación, hasta en tanto se constituya la propiedad privada y se transfiera a los particulares para su uso y disfrute, preservando y restaurando el equilibrio ecológico. Las aguas marinas interiores y las de los lagos interiores de formación natural, así como las de los ríos y sus afluentes permanentes, intermitentes o torrenciales, con las características y requisitos establecidos por el artículo 27 Constitucional, son del dominio de la nación y su uso y aprovechamiento se podrá realizar mediante concesiones otorgadas por el Ejecutivo Federal.
Los movimientos telúricos más recientes, además de los daños a los inmuebles en la Ciudad de México y en los otros estados, causaron la ruptura de la tubería de distribución del agua potable; la ruptura y destrucción de las tuberías que captan y conducen las aguas pluviales y las residuales, generando un caos y una contaminación que no se ha podido remediar. Lo mismo sucedió con las instalaciones de distribución del gas LP para consumo de las familias y en algunos casos para industrias que permanecen operando en las áreas urbanas; más la destrucción de cables, postes, transformadores, alumbrado público y la Comisión Federal de Electricidad, ha venido trabajando, con tal presión ciudadana y del gobierno, que al día siguiente del primer temblor, estaban operando la mayoría de las instalaciones y cables de distribución de la energía eléctrica.
En la Delegación Iztapalapa, a cargo de la licenciada Dione Anguiano, la ineficacia de los encargados de distribuir el agua para consumo humano, no ha tenido la capacidad de respuesta del tamaño de la demanda de los millones de habitantes capitalinos que radican en esa delegación y la afectación mayor que no han podido resolver, es la ruptura de dos tubos de distribución del agua, que ha dejado sin el vital líquido a cerca de dos millones de habitantes de esa zona. Y si la protesta de los usuarios del agua se concretara a gritos, reclamos y marchas, no pasaría de ser una más de tantas formas de expresar su repudio al gobierno de la Ciudad de México, que en este caso la elección de la delegada de Iztapalapa, la ganó la candidata del PRD. Lo grave del tema es que el agua que envía la delegación, en un promedio de mil setecientos viajes diarios, que se cubre con doscientas pipas y que resultan insuficientes para las necesidades de los usuarios de esa zona, ha hecho crisis con la venta que hacen los choferes y sus “chalanes”, cuyos precios se han ido a las nubes.
Los afectados por la falta de agua, vecinos de Iztapalapa, acusan a los choferes de pretender vender el contenido de una pipa de cinco mil litros en diez mil pesos y dependiendo de la mayor capacidad de las pipas que son de la delegación, algunos choferes se han embolsado hasta veinte mil pesos que reúnen los desesperados vecinos, para llenar sus cisternas, tinacos y toda clase de recipientes donde puedan almacenar el agua para consumo humano, que además del temblor y los daños ocasionados, se ha generado un incremento de la delincuencia que roba, asalta, viola, secuestra y mata a quienes por necesidad siguen viviendo en la delegación de la señora Dione Anguiano Flores.
El ex presidente Vicente Fox, recomendaba ante los reclamos por incumplimiento de sus promesas, que se olvidaran de una promesa de campaña, que para el político solo constituye una necesidad para lograr votos; y para el político en ejercicio del cargo, una promesa incumplida, solo representa un compromiso olvidado, que dejará a su sucesor, como una tarea pendiente.
Y a propósito de don Vicente Fox, en una de sus visitas recientes a comunidades rurales del estado de Chihuahua, se le acercó una anciana que rebasaba los setenta años de edad y con mucha educación y en voz baja le recordó a Fox que en su campaña les prometió una escuela para la educación de los adultos y que ella que confió en la palabra de Fox, se quedó con las ganas de aprender a leer las noticias que acontecen en el mundo, para entender mejor los noticieros de la radio y la televisión. Fox recargó sus manos en los hombros de la anciana y le preguntó que si seguía sin saber leer y escribir a lo que la anciana respondió que sí, que seguía igual y que no entendía muchas cosas de las que diariamente dan cuenta los noticieros. Vicente Fox, con una sonrisa escandalosa y sarcástica le respondió, que bueno que no pude cumplir con ese compromiso, porque los que deben ir a la escuela son los niños y los jóvenes ya que los ancianos solamente se preocupan al escuchar los noticieros y a leer los periódicos que se concretan a pura nota roja; la anciana con una expresión de la cara le hizo ver a Fox que no entendía nada. Vicente Fox entendió la interlocución y le dijo eres feliz y la anciana le dijo sí con una sonrisa, aunque no me entere de muchos problemas y Fox concluyó la platica diciendo “muchas veces, es feliz el que ignora”, que bueno que no construí la escuela. Otros vecinos que se acercaron para escuchar al ex presidente, solamente alcanzaron a decir que buena respuesta, digna de un político; pero qué poca manera de justificar su falta de compromiso.





