Camino empedrado para los políticos en 2018

Acaba de nacer a la realidad política de México el famoso PRIAN. Ahora que si se confirma que Daniel Kuribreña Gordoa, tío abuelo de José Antonio Meade, fue uno de los fundadores del PAN en 1939, encontraremos una de las causas que llevaron al egresado del ITAM a lograr la precandidatura como aspirante presidencial, impulsado por las cúpulas unidas PAN-PRI, donde la voz de Vicente Fox y de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, más los Senadores panistas hoy en plena rebelión en contra de su líder Ricardo Anaya; y la cúpula del PRI que recluta al primer priísta de México y a jóvenes millennials, funcionarios del gabinete presidencial de don Enrique Peña Nieto; encontraremos que el chocholeo del ex comentarista de televisión Victor Trujillo “Brozo” fue visionario, al hacer pública esa alianza pecaminosa entre el PRI y el PAN.

Ningún otro funcionario de alto nivel del gabinete de Peña Nieto, reúne en su persona esa combinación priista- panista, que pueda conservar el disminuido capital político del PRI, fortaleciéndolo con los desertores del PAN que ven seguro de ganar a Meade Kuribreña, y no quieren quedarse fuera de la jugada. Prefieren ser descalificados y abucheados, que ser borrados de las nóminas del gobierno. Y saben bien que los negocios vinculados al gasto público, son los que reditúan mayores ganancias y en escaso tiempo, porque eso si, no pueden durar más de un sexenio. Eso lo saben bien los interesados en la cofradía de Singapur, constituida específicamente para guardar millonarias cantidades de dinero perteneciente a hombres fuertes de los sectores Público, privado y social. Y ante tales ideas y la creación del escondite de Singapur, resulta lógico que nadie hable mal de Meade y que procuren quienes van a seguir siendo favorecidos con esos negocios, difundir la idea de que José Antonio Meade es un político honesto, que aguanta sostenerse en diálogo continuo y constante, con amigos, conocidos y recomendados y que será la salvación de México. Algún beneficio habrán de recibir los que de ricos, pasaron a la categoría de inmensamente ricos.

Por otro lado, en el ámbito internacional, hay dos vertientes que hablan del gobierno del licenciado Enrique Peña Nieto, una a favor, que le atribuye la magia de haber puesto orden en territorios dominados por la delincuencia y los narcotráficantes; sin importar a esos barberos, que todos los días se reporten desapariciones forzadas, secuestros, asaltos y descuartizados, como si se tratara de un escenario o película de locos. Muchos seguidores de estos grupos, militan en el PRI y andan enloquecidos con el destape de José Antonio Meade Kuribreña. La otra vertiente descalifica totalmente el autoritarismo con el que ha procedido el Presidente Peña Nieto y que los resultados electorales de 2018, no serán parecidos a los de 2012 y menos a los de 2024; por lo que se critica al Presidente Peña Nieto de reinventar el viejo PRI, donde como antes en las elecciones locales y federales, “se ganaba con un solo voto”, el del Presidente de la República. Lo que traerá como consecuencia un desprecio mayor de las clases populares a la clase gobernante y el escenario político, inexorablemente tendrá que cambiar.

Ahora lo peor que nos puede ocurrir a los mexicanos, es ver cómo los políticos de altos vuelos y los líderes sin base social, como Enrique Ochoa Reza, preparan un escenario de fraude, basado en estadísticas pagadas por ellos mismos y orientadas por el nuevo mesías José Antonio Meade Kuribreña y su súper cuidado y oculto hasta hoy, equipo coordinador de campaña; puesto que resulta inminente una elección no de estado, sino una elección propiedad del estado, que no correrá ningún riesgo para perder la principal silla de los Pinos, en favor de los opositores al PRI, sino que tendrá que seguir siendo el sillón presidencial del candidato tricolor que ya conocemos como el hombre que hará ganar al PRIAN.

Comentó el líder nacional del PRI que ya están promoviendo el voto en favor de Meade Kuribreña, aproximadamente 6 millones de priistas en todo el país; luego se arrepintió y guardó silencio; sin embargo en la Secretaría de Acción Electoral del PRI, trabajan con esa cifra y una fórmula matemática tan sencilla como obligar a cada priista a llevar a 4 familiares a votar el 1º de julio del año entrante, por el candidato del PRI; y son tan ilusos los altos mandos tricolores, que creen que con ese simple trabajo el día de la jornada electoral podrán contabilizar 30 millones de votos, que con el desprestigio que arrastra el PRI desde que fue vencido por el PAN de Vicente Fox y de Felipe Calderón, y por el desorden que se vive en el presente sexenio recuperado por el PRI, la gente en diálogo anónimo y por temor a represalias, expresa su más grande repudio a todo lo que huela a PRI y en su intención de voto, todo entrevistado responde que votará por cualquiera menos por el PRI. Ese mismo escenario se dio en el Estado de México a principios de este año y gracias a las estrategias políticas dirigidas por el gran Tlatoani, ganó Alfredo del Mazo Maza; por ello que no nos cause extrañeza que el PRI vuelva a ganar, aunque sea con un aspirante vinculado al PAN y sin militancia ni afiliación con el PRI.

Veinte Estados de la República tienen un buen número de militantes y simpatizantes del PRI, pero sólo catorce gobernadores son tricolores y las encuestas anticipadas que hoy se conocen sobre la elección de 2018, ubican al PRI en tercer lugar. La incertidumbre política no es buena para un país que vive en crisis económica y en donde prevalecen los intereses contrarios a la población, mediante la represión y la tolerancia a la delincuencia a través de la Impunidad oficial.