Todo el mundo está tratando de obtener bitcoins actualmente, incluso el Estado Islámico.
Una ciudadana neoyorquoina y supuesta partidaria del grupo terrorista enfrenta cargos de 90 años por enviar a Estado Islámico decenas de miles de dólares en bitcoins y otras criptomonedas entre mayo y agosto de este año. Los fiscales federales le han impuesto tres cargos por lavado de dinero, otro por conspiración para lavar dinero y uno más por fraude bancario.
Zoobiah Shahnaz, una mujer de 27 años residente de Long Island, robó más de 85.000 dólares al solicitar —de forma fraudulenta— más de diez tarjetas de crédito y un préstamo bancario, con lo cual compró bitcoins y otras criptomonedas, de acuerdo con la acusación formal impuesta el jueves pasado.
Posteriormente, según información del documento, la mujer blanqueó el dinero a través de una serie de transacciones electrónicas —por un total de 150.000 dólares— dirigidas a Pakistán, Turquía y China, aunque la fuente del resto del dinero no es clara. Las transacciones, que fueron pensadas para ocultar el origen y destino del dinero, tenían como fin ayudar a Estado Islámico, se lee en la acusación.
Después de lavar el dinero, intentó viajar a Siria el 31 de julio, pero fue detenida e interrogada en el aeropuerto internacional John F. Kennedy mientras se preparaba para abordar un vuelo a Pakistán.
“Siria es un país peligroso y violento que ha sido devastado por la guerra; sin embargo (la mujer acusada) estaba tan decidido a ayudar a Estado Islámico que planeó una entrada encubierta e ilegal a Siria”, dijo el subdirector adjunto del FBI, William F. Sweeney Jr. “Además de eso, también se sospecha que intentó blanquear criptomonedas para reforzar la precaria situación financiera del grupo terrorista”.
Por su parte, el abogado de Shahnaz, Steve Zissou, la defendió argumentando ante los medios que su cliente, quien fuera técnico de laboratorio en un hospital de Manhattan, estaba enviando los fondos al extranjero para ayudar a los refugiados sirios. Shahnaz había viajado a Jordania en enero de 2016 para ser voluntaria en una organización benéfica médica que ayudaba a los sirios desplazados por la guerra civil.
Lo que vio hizo que quisiera ayudar a disminuir el sufrimiento de muchos de los refugiados sirios, explicó el abogado.
La mayor parte de los fondos para terrorismo se generan a través de un sistema informal de transferencias en efectivo conocido como hawala, que permite donaciones anónimas a través de un intermediario. Pero los grupos terroristas han mostrado un creciente interés en el potencial de bitcoin y otras criptomonedas, las cuales existen fuera de las estructuras bancarias formales y pueden ayudar a los usuarios a realizar transacciones con mayor anonimato.
En 2015, Estado Islámico presuntamente publicó su datos en la deepweb para que sus seguidores pudieran enviar la criptomoneda, y en junio del mismo año, un adolescente en Virginia fue arrestado por publicar instrucciones sobre cómo los partidarios podrían enviar bitcoin al grupo.
En enero, la policía indonesia informó que militantes islamistas en Oriente Medio usaban bitcoin y Paypal para financiar actividades terroristas en el sudeste asiático, y el año pasado una unidad de propaganda yihadista con base en Gaza lanzó una campaña de recaudación de bitcoins en las redes sociales.