Que nadie diga que no lo advertimos. Resulta que en el Ayuntamiento de San Andrés Tuxtla están prácticamente en quiebra a causa de la enorme cantidad de deudas que dejó el ex alcalde Manuel Rosendo Pelayo.
El nuevo edil, Octavio Pérez Garay, anunció la puesta en operación de un Programa Temporal de Emergencia Administrativa, que implicará, entre otras medidas, la reducción temporal de salarios, la fusión de áreas y el recorte de más de 400 trabajadores de confianza.
Ya de paso, el munícipe debería incluir una denuncia por peculado y desvío de recursos en contra de su antecesor. Elementos le sobran.





