Vaya que está enseñando demasiado pronto el cobre la presidenta municipal de Córdoba, la panista Leticia López Landero.
Sin ninguna justificación más que la de las vísceras, la edil mandó quitar del parque “21 de mayo” de aquella ciudad la estatua del doctor Othón Arróniz, destacado académico y promotor de la cultura, así como fundador del periódico El Mundo de Córdoba.
Y ésa es la clave del asunto. Como a la alcaldesa no le gusta la crítica periodística y no tolera que se exhiban sus numerosas pifias en la semana que lleva en el cargo, emprendió una revancha contra la familia Arróniz, que dirige el rotativo, sin importarle las aportaciones a la educación, las letras y el periodismo en la región y en el país del extinto filólogo y periodista.
Además, la señora López Landero compró el pleito de los Abella –dueños del periodiquito El Buen Tono, a quienes incluso otorgó una cartera en el Ayuntamiento de Córdoba- en contra de la familia Arróniz. Y como los ladrones, se aprovechó de la madrugada para retirar la estatua con el pretexto de darle “mantenimiento”.
Facciosa y abusiva la actitud de la presidenta municipal. Y eso que apenas comenzó su gobierno.





