José Ángel Contreras Cabrera, presidente de la Unión Agrícola Estatal de Productores de Maíz, reconoció que los agremiados a su organización han sido víctimas de extorsiones e intentos de secuestros por parte la delincuencia organizada, «ya no vivimos tranquilos, vivimos siempre alertas», afirmó.
Aunque dijo no tener un dato preciso sobre cuántos casos de amenazas han sufrido los maiceros, comentó que han sido esporádicos, no obstante el problema preocupa.
«Afortunadamente han sido esporádicos los casos de productores y ellos obviamente por cuestiones de su propia seguridad nos han pedido que seamos muy discretos, no le podría dar una cifra concreta. Yo lo que creo es que no podemos tapar el sol con un dedo, hay un ambiente en el que se percibe inseguridad».
Comentó que tanto sus compañeros agremiados como los familiares de estos han sufrido amenazas, actos intimidatorios e incluso intentos de secuestro.
«Hemos tenido, por supuesto todos, yo creo, o una parte muy importante de la población, hemos recibido llamadas de gente que busca intimidar, que busca pedirte dinero, etcétera, extorsionadores, no sé, todos hemos vivido eso o al menos un amigo, conocido o familiar».
«Nos han reportado los compañeros productores que si no ellos de manera directa, si algunos familiares han tenido amenazas, intentos de secuestros y cosas por el estilo y la verdad lo que hemos hecho es que todo mundo está siempre ahora cuidándose las espaldas, teniendo mucho cuidado en los horarios en los que te desplazas y pues yo creo, tomar medidas de precaución, que lo hacemos todos por qué ya no vivimos tranquilos, vivimos siempre alertas y vigilantes para evitar tener una mala experiencia».
Y es que dijo que la inseguridad no respeta estratos sociales pues es un problema que afecta a todos, aunque de diferente manera.
Argumentó que una de las consecuencias de la inseguridad es que ya no llegan las inversiones.
«Una persona, un inversionista, un empresario, un productor, muchas veces desiste de realizar su actividad de invertir en el campo por temor y miedo a la inseguridad y eso es algo que ha afectado y ha impactado de manera contundente en el campo».
Mencionó que una demanda de la sociedad es que las autoridades pongan alto a los delincuentes.
Finalmente indicó que pese al panorama, los maiceros no han optado por armarse para defenderse de los delincuentes.





