Creyendo acaso que estaba en su rancho, donde es señor de horca y cuchillo, el diputado local de reciente adquisición del PAN Basilio Picazo Pérez, increpó a una reportera que le preguntó acerca de los señalamientos en contra del alcalde de Coyutla, Jesús Antonio Picazo –su sobrino-, quien fue acusado por una regidora de acoso para firmar actas de cabildo.
“Ya no te voy a contestar aquí, hablas puras tonterías, la verdad te lo digo en tu cara, hablas puras tonterías. Haz cosas de lo que hago (sic), no preguntes estupideces”, fustigó el legislador en pleno recinto oficial de sesiones del Congreso
Y todavía se vanaglorió de ser un cacique, y un patán: “de que si soy el cacique, pues soy el cacique bueno. Qué bueno, ¿no? Yo así hablo ‘mija’, yo así hablo; y si no te parece no me entrevistes, así de sencillo”, farfulló Picazo, a quien durante su campaña para la diputación ya habían denunciado por amenazas de muerte contra otra reportera. Ya ni qué decir de su presunta implicación en el homicidio de un regidor cuando fue presidente municipal de Coyutla.
Muy macho, muy macho. Pero con las reporteras…. pero luego medio dobló las manitas y tuvo que ofrecer disculpas. Admitió que dio una “respuesta incorrecta” a la colega. ¿Sólo fue una respuesta incorrecta? Fue algo más que eso. Se comportó como un patán.