Refriega entre el PRI y el PAN a dos de tres caídas

Nuevamente se confirma, que en política, lo que se resuelve con dinero es barato “al precio que sea”; y por lo pronto la protesta acompañada de una marcha con caja de resonancia en todos los medios de comunicación, encabezada por el gobernador de Chihuahua Javier Corral, rindió los frutos que esperaba el panista, pues sin que se haya publicitado el acuerdo que celebró con el Secretario de Gobernación sobre el pago de Novecientos Millones de Pesos que la Tesorería de Chihuahua, registra como retención indebida por la Federación desde el ejercicio fiscal anterior y hoy se sabe que por esa moratoria Javier Corral con furibundo discurso, enardeció a su pueblo. Ricardo Anaya capitalizó la protesta de Corral, para fustigar al Gobierno Federal.
Atrás quedó el interés de la Federación, para liberar al ex Secretario General Adjunto del CEN del PRI Alejandro Gutiérrez, cercanísimo colaborador de Manlio Fabio Beltrones, cuyas quejas de tortura no han sido atendidas por la Comisión Nacional de Derechos Humanos y mucho menos se ha procedido conforme a los lineamientos del Protocolo de Estambul, internacionalmente reconocido por su prohibición a la tortura, castigos y tratamientos crueles que resulten inhumanos o degradantes en agravio de cualquier habitante del planeta. La celda preparada para trasladar a un penal federal a Gutiérrez, continúa en espera de que Javier Corral autorice su traslado.
De todo lo anterior, queda para el agraviado la amarga experiencia de haber servido como chivo expiatorio del jaloneo político, entre el Gobierno Federal y el Gobierno de Chihuahua, cuyos intereses partidarios del PRI y PAN, respectivamente han demostrado la posición antagónica que cada quien tiene en el proceso electoral que culmina con la elección presidencial. Alejandro Gutiérrez, acusado sin haber sido sentenciado, de haber servido al ex gobernador Cesar Duarte Jáquez para destinar recursos de su administración estatal, a las campañas de hace dos años, que por cierto arrojaron malos resultados y derrotas para el PRI, quedará estigmatizado, quemado y carbonizado políticamente, en tanto que Duarte Jáquez será hecho prisionero y extraditado a México, para correr la misma suerte que el otro Duarte de Veracruz, cuyo destino podría cambiar si como dicen sus abogados, la PGR se quedó sin pruebas de cargo, por ignorancia, descuido o confabulación para dar protección a un miembro más de la Gran Familia Revolucionaria.