Hace unas semanas, la policía de Escocia recibió una extraña llamada de un ciudadano “extremadamente preocupado”. Bruce Grubb, un granjero que se acaba de mudar a una nueva casa en la zona, llamó para reportar haber visto un tigre en su cobertizo, en donde viven 200 vacas preñadas, reporta el Scottish Sun.
“Aunque la llamada parecía muy extraña, cualquier llamada de riesgo potencial al público tiene que ser tomada en serio y se hicieron todos los esfuerzos para verificar su existencia tan pronto como fuera posible, incluyendo contactar con las reservas de fauna salvaje más cercanas para asegurar que no hubiera algún espécimen en fuga”, escribió la División de Policía del Noreste en Facebook.
La policía supuestamente envió varias unidades a la granja, incluyendo tres convoys de oficiales armados y un entrenador de perros para dispersar la situación con el felino. Grubb, quien estaba celebrando su fiesta de bienvenida en ese momento, le dijo al Sun que él y sus invitados no eran los únicos asustados por la criatura dentada en su cobertizo. Los primeros oficiales que llegaron a la escena no se bajaban de los autos, al parecer por terror de ser atacados por el tigre; situación que es más común de lo que la gente cree.
Eventualmente, los oficiales armados de la División de Policía del Noreste rodearon el lugar y avanzaron hacia su objetivo. Pero luego de un enfrentamiento de 45 minutos, se dieron cuenta de que el predador sólo era un animal de peluche y no un felino aterrador y sediento de sangre.
“Me siento un poco tonto por llamar a la policía, pero pensé que era una emergencia real”, dijo Grubb al Sun. “No tenía ninguna duda de que era real. Me asusté mucho”.
No hemos sabido la opinión de la policía sobre quién pudo haber colocado el tigre de peluche en el cobertizo de Grubb, pero sería razonable pensar que fue algún invitado rebelde en su fiesta, decidido a hacerle una broma al granjero. Para ser justos, Grubb no es la primera persona en llamar a la policía por algo completamente inofensivo. Por lo menos no se asustó por un calabacín gigante.