Elecciones descompuestas por una política nauseabunda

La “calma chicha” que se respira en el ambiente de todo México, contrasta con la ruidosa presencia de la delincuencia organizada, ejecutando a personas inocentes, por el solo hecho de encontrarse “en el lugar menos indicado y a la hora inconveniente”; aunque también las ejecuciones en el norte del país, en el bajío, en Guerrero, Quintana Roo y la CDMX, según reporte de la PGR, se vinculan a los ajustes de cuentas de quienes forman parte de las cadenas del narcotráfico.
Dentro y fuera de México, se observa y se crítica la brecha que ha marcado el acaparamiento de la riqueza por unos cuantos privilegiados y la derrama de la pobreza entre los millones de desempleados sumidos en la marginación y en la miseria extrema, sin posibilidades inmediatas de reivindicación; esa brecha crece de manera constante y permanente; y la desesperación inunda el pensamiento de millones de jóvenes, que sin un futuro y sin presente, sobreviven y se resisten a formar parte de la delincuencia para alcanzar el efímero bienestar que proporciona el dinero mal habido.
Nadie quiere que se repita el 2 de octubre del 68 y menos el 10 de junio del 71; las lecciones recibidas entonces, nos obligan a evitar a toda costa un funesto derramamiento de sangre. Pero la decepción cunde ante la imposibilidad de evitar “más de lo mismo”.
Las listas de candidatos al Senado y a la Cámara Federal de Diputados “apestan” por los corrompidos personajes que cuentan con una historia negra en sus andanzas políticas, con hojas de servicios que incluyen antecedentes penales por delitos graves cometidos al amparo del poder, impunes por el tráfico de influencias, producto de complicidades en el quehacer político.
Por su parte los candidatos chapulines “se arrastran poco”, pero al final se arrastran y suplican mantenerse pegados a la ubre presupuestal, porque no podrían sobrevivir fuera de la nómina oficial y la falta de vergüenza y de honor, queda de manifiesto, solo por citar un ejemplo, con lo expresado por el ex presidente nacional del PAN, quien hoy agradece al líder de Morena, su inclusión en la lista de plurinominales al Senado, olvidando ambos personajes, los insultos, agravios y descalificaciones que el diputado panista profirió en contra de AMLO en tiempos de la campaña presidencial de Calderón, cuando todos los blanquiazules unieron sus voces para calificar al Peje, como “Un Peligro Para México”, en una campaña negra que lo llevó a la derrota.