Estando el ambiente político tan revuelto, tan nebuloso, en donde por el hartazgo de un gran sector de la población, las intenciones de voto parecen favorecer a los que jamás han tenido una responsabilidad pública y mucho menos una trayectoria política. Si a la valoración de los antecedentes curriculares que acreditan preparación y experiencia para gobernar a México nos atenemos, sin duda José Antonio Meade Kuribreña, con 20 años de experiencia en el servicio público, en gobiernos panistas y el priísta de Peña Nieto; gobierno este último del que salió para ser candidato del PRI y sus aliados a la Presidencia de la República; no hay otro aspirante presidencial que cumpla el perfil para gobernar a México como el doctor Meade.
Sin embargo, Nicolás Maquiavelo afirmó: “Que en política, hay dos modos de llegar a ser príncipe; por méritos propios o por el factor suerte”. En el caso de los aspirantes a la silla presidencial, quien tiene la preparación y experiencia es sin duda Meade Kuribreña del PRI; y por méritos podría decirse que López Obrador en este tercer intento por llegar a Los Pinos, sería el indicado; aunque sus discursos y pronunciamientos durante la precampaña, el periodo de reflexión y el inicio formal de la campaña, no han sido los más convenientes para llevarlo a la meta. Tan sólo su decisión de suspender la construcción del aeropuerto capitalino y cancelar las Reformas Estructurales de Peña Nieto, le desataron las críticas y rechazo de inversionistas nacionales y extranjeros y el pueblo comenzó a reflexionar su intensión de voto, quitando todo respaldo al tabasqueño.
De los méritos o la suerte de Ricardo Anaya, habría que señalar que su meteórica carrera política dentro del PAN no le da las tablas necesarias para gobernar un país con aproximadamente 130 millones de habitantes, y aunque su suerte para los negocios inmobiliarios le ha redituado grande ganancias, en política a partir de la Carpeta de Investigación en la PGR por presuntos actos de corrupción, su estancamiento y posterior declive, se han vuelto imparables.
De Margarita Zavala, se puede afirmar que de los dos modos dichos por Maquiavelo, ninguno le aplica; ya que no cuenta con méritos suficientes y por ahora la suerte no le favorece. Lo que nos lleva a la conclusión de que para ser el futuro ganador de esta elección, no hay otro que no sea el candidato del PRI José Antonio Meade, aunque lo postule una desprestigiada franquicia.