Siendo el principio fundamental de la Democracia la Separación de los Poderes del Estado para mantener un equilibrio que limite los actos del gobernante y mediante controles en la esfera constitucional, permita el equilibrio de las funciones encomendadas al titular del Ejecutivo, al Poder Legislativo y al Poder Judicial; no se comprenden los últimos spots de campaña del candidato de Morena.
La idea de la Separación de Poderes, evita la acumulación que lleva a los gobernantes a sobrepasar sus funciones, en detrimento del Poder Soberano del Pueblo, quien es el depositario original y lo transfiere a los funcionarios públicos tal como lo dispone la Constitución Política de la República en los artículos 39 y 49 que definen el poder popular para constituir, alterar o modificar la forma de su gobierno y la división del Supremo Poder de la Federación para ejercerlo por el Legislativo, Ejecutivo y Judicial y con la prohibición expresa de que se puedan reunir dos o más Poderes en una sola persona.
Cuando faltan 81 días para la elección presidencial, los seguidores del líder de Morena, ya lo dan como el vencedor y próximo Presidente de la República; aunque del total de la lista nominal, los encuestadores le atribuyen a AMLO, sólo una intención de voto del 30% a su favor, por lo que no deberían cantar victoria anticipada los morenistas, ya que en política, como en otras cosas, “del plató a la boca, se cae la sopa” y en tal sentido habrá que valorar el resultado de los tres debates convocados por el INE y el efecto de la reciente incorporación a la boleta electoral de Jaime Rodríguez “El Bronco”, que convierte en quintilla el número de aspirantes por la silla presidencial.
Y es el propio AMLO quien alentado por el triunfalismo de sus seguidores, ya no pide el voto para él, sino que ahora pide votos para los candidatos a Senadores y Diputados de Morena, pretendiendo obtener una mayoría que le permita ejercer “un poder total”, concentrando de facto dos Poderes en su propia persona. Esa actitud mesiánica y autoritaria que sus agoreros han difundido, comienza a cobrar realidad en el tabasqueño que de llegar a Los Pinos, seguro imitará a Luis XIV a quien se atribuye la frase “L’État, c’est moi” (El Estado soy yo). Y por ese uso arbitrario del poder que hoy se refleja en el hambre de AMLO por gobernar a México, sin duda, hay tiempo para reflexionar el voto e infringirle por el bien de México,su tercera derrota.





