Aunque ya era más que un secreto a voces que el padecimiento que llevó al hospital al ex gobernador Fidel Herrera Beltrán fue lo que en el argot médico se llama un “accidente cerebrovascular”, y que popularmente es conocido como derrame cerebral, fue hasta ahora que tal especie fue confirmada plenamente por su hijo, el diputado federal del PVEM Javier Herrera Borunda.
Pero con todo y que asegura que su padre se encuentra fuera de peligro y que las secuelas que presenta solamente son en la motricidad de una de sus extremidades y no neuronales, lo cierto es que nadie más allá de su familia ha tenido contacto con él, así que no hay manera de confirmar la lucidez del ex mandatario.
Lo que sí es bastante evidente es que por primera vez en muchos años, el “Tío Fide” está ausente políticamente en Veracruz. Su grupo está siendo desplazado y sus “huérfanos” ya no saben para dónde correr para no quedar descobijados e, incluso, para salvarse de la “quema”.
¿Habrá llegado finalmente el ocaso político de Fidel Herrera? Probablemente. La “plenitud del pinche poder” no podía ser eterna.
