Bien dicen que el que se enoja, pierde. Y por bravucón, Andrés Manuel López Obrador ya ha perdido dos veces las elecciones.
El candidato de Morena-PT-PES a la Presidencia de la República enfocó sus baterías en contra de los grupos empresariales que integran el Consejo Mexicano de Negocios y que este jueves publicaron un desplegado en el que critican, precisamente, los señalamientos en contra de sus miembros por parte de López Obrador, plantándole un seco “así no”.
Y el “Peje” mordió el anzuelo. Encabronado, López Obrador acusó que “una minoría rapaz” tiene secuestrado al gobierno de México y se opone a un “cambio de régimen” porque se siente dueña del país y no quiere “dejar de robar”.
Esta vuelta de López Obrador al discurso confrontacional que usó en 2006 podría costarle bastante en las tendencias. Y sin duda, ya demostró por dónde es vulnerable y cuál es su flanco más débil: el de la intolerancia a la crítica.
Por lo demás, resulta muy pertinente recordar que el último presidente mexicano que se enfrentó abiertamente contra el sector empresarial del país fue Luis Echeverría. Y luego se enojan de que los comparen.