El mensajero de El Cisne

Lamentable, muy lamentable, que un reportero que se dice “honesto”, opere ahora como servil y abyecto “correo” de los corruptos que saquearon al estado.
De pena ajena que por un plato de lentejas y por instrucciones del plumífero que huele a carne de presidio, muerda cual caníbal rabioso a los de su gremio.
Y de paso, el mensajero sacia sus soterradas envidias. Pero, ¿qué culpa tenemos que haya fracasado en su proyecto digital por falta de talento y masa gris? ¿Su nombre? Para qué. No vale la pena hacerlo famoso. Es como esas mariposillas de noche que buscan brillar a costa de los demás.
Va a reaccionar como “sietecueros” al que le arrojan sal y limón. Pero ni lo vamos a pelar. Para qué.