El Extraño Caso de la Biblioteca Volada

Antes que Martha Bringas deje definitivamente la dirección de la Casa de México en París, debe aclarar qué hizo con los libros que se retiraron de los estantes para remodelar el edificio.
La biblioteca “Benito Juárez”, que luego se llamó “Sor Juana Inés de la Cruz” era considerada “el centro documental de México en Europa”, debido a que contaba “con más de ciento cincuenta revistas especializadas”, de acuerdo con un artículo de Jorge Miñano y Guillermo Sheridan .
Se empezó a integrar cuando el Fondo de Cultura Económica, el INAH, el INBA y el Instituto Nacional Indigenista “participaron en las ferias de Utrecht y Milán en 1954, y, posteriormente donaron a la casa los libros que habían exhibido”, y ese ese mismo año Leopoldo Zea, como jefe del Departamento de Cooperación Intelectual de la Secretaria de Educación Pública, organizó con la Biblioteca Nacional de Francia una exposición en la Sorbona titulada “Le Livre Mexicain”, por lo cual el gobierno envió varias colecciones de libros que se sumaron al acervo anterior.
Todos estos libros se acomodaron en una sala en el extremo sur del edificio principal que originalmente era la oficina del director, pero se convirtió en la biblioteca que luego ocupó una parte del sótano y tenía espacio para 45 mil volúmenes. Desde entonces se encontraban ahí varias colecciones, como la Biblioteca Histórica Mexicana de Obras Inéditas (1936-1953), dirigida en su primera época por Genaro Estrada y en su segunda por Silvio Zavala; las colecciones Escritores Mexicanos (1944-1966) y Sepan cuantos… Así como Tradiciones, leyendas y Sucedidos del México Virreinal, y la Biblioteca del Estudiante Universitario (1939). Gracias a otras donaciones o adquisiciones, se agregaron varias obras editadas en los siglos XVIII y XIX , como la octava edición en inglés (1848) y, la primera en francés (1846) de La Conquista de México de Prescott, Le Mexique ancien et moderne de Michel Chevalier (1864), Los hombres prominentes de México, edición trilingüe de Ireneo Paz (1888), el Diccionario geográfico de García Cubas (1896), México a través de los siglos de Vicente Riva Palacio) (1899), México, su evolución social, dirigida por Justo Sierra (1901). El libro más antiguo del acervo es la quinta edición en francés de la Histoire de la Conquiste du Mexique ou de la Nouvelle Espagne de “Fernand Cortez”, que data de 1730. La biblioteca guardaba, también integras, algunas colecciones francesas importantes, como la preciosa Belles Lettres y ediciones facsimilares de los códices mexicanos”.
Por todo eso, “los que estudiamos la historia de México nos sentíamos en el paraíso”, según un ex residente de la Casa de México, y también sus colegas franceses la consultaban.
Como el embajador de México en turno preside la fundación que administra la Casa de México, la Secretaria de Relaciones Exteriores debe pedirle que investigue el paradero del acervo biblio y hemerográfico, pues hay quienes sospechan de un apasionado bibliófilo, admirador de Luis Mario Schneider, a quien, aseguran, pretende superar, pues él no anda robando libros, sino que se voló toda una biblioteca.
(FUENTE: JUAN JOSÉ BARRIENTOS, MISIÓN POLÍTICA, 22/MAYO/2018)