30 mil en el centro de Xalapa reciben a Yunes Márquez; unos dicen que sí, otros que no

El fin de semana Yunes Márquez, candidato de Por Veracruz al frente, llenó la Plaza Lerdo y alrededores. El candidato se hizo acompañar de Sergio Hernández, candidato a diputado local por el distrito 11 de Xalapa urbano; también estuvo Noreya Portilla, candidata a diputada federal por el distrito VIII con cabecera en Xalapa rural. Lo curioso es que la discusión en redes sociales se dio en un asunto trivial, alterno: ¿Fueron 30 mil los que llenaron la Plaza Lerdo de Xalapa? Ni los que dijeron 30 mil contaron uno por uno; ni los que dijeron que no eran 30 mil contaron uno por uno. Todos tenían un método de cálculo, algunos hasta con métodos científicos, otros sólo a ojo de buen cubero; claro había los que sólo se dejan llevar por la víscera. Esos que han agarrado un resentimiento tan gratuito por el gobierno de Yunes Linares que lo trasladan de inmediato al hijo; esos que se creen que su palabra es seguida y perseguida por miles; esos que tienen la ilusión de que esos miles de fantasía habrán de cambiar el sentido de la elección. La verdad no está en los números, la verdad puede estar en las imágenes, y las imágenes muestran un centro histórico de la ciudad desbordado.

¿Qué está pasando en el PRI? ¿Las ratas abandonan el barco?

Algo está sucediendo en el Partido Revolucionario Institucional de Veracruz. Primero fue el pollo, líder de los trabajadores de CMAS, quien se sumó al proyecto de Miguel Ángel Yunes Márquez. José Luis Hernández, “El pollo” fue presidente del PRI municipal, lugar que ahora ocupa Rodrigo Montoya, el incondicional (dijera Luis Miguel) de Américo Zúñiga. Trascendió que la imposición de esta persona fue una de las razones por las que “El Pollo” se volvió panista. Luego fueron los jóvenes priistas los que se fueron. Como ya no le dieron placas de taxi a Sandro Gómez, él y el “osito tequilero” jalaron a sus escasas huestes para abandonar el barco como viles ratas. Ahora sale Jorge Alfredo Guzmán Matías, quien de plano declaró: “Ya no podemos seguir con la incongruencia de que en el partido se va a transformar Veracruz. Ya no podemos comulgar y le pidió a Américo Zúñiga que tome la renuncia como irrevocable”. La verdad es que los priistas se mueven por sus propios intereses, no por sus ideologías. La lealtad no la tienen inscrita en ningún lado, la lealtad para ellos es una crema que pueden untar en cualquier pan, aunque al rato se tengan que conformar con puras migajas.

Meade abajo en las encuestas, todo porque Peña no puso en orden a gobernadores saqueadores

Enrique Peña Nieto tuvo oportunidad de detener el saqueo en Veracruz, Quintana Roo, Coahuila, Nuevo León, sólo por poner cuatro ejemplos. Sin embargo, algunos de esos gobiernos aportaron dinero para su campaña, por lo que antes de entrar al poder ya tenía el compromiso de no tocar a los corruptos gobernadores Javier Duarte, César Duarte, Roberto Borge y Rodrigo Medina. Peña Nieto tuvo sus primeros dos años para darse cuenta de que estos gobernadores ladrones le iban a cobrar muy caro el aporte que hicieron para que el ganara la Presidencia. Al mismo tiempo el presidente de México andaba muy ocupado tratando de encubrir el asunto de su Casa Blanca. El no haber puesto orden en el país, el no detener el saqueo descarado y a manos llenas, es lo que le está costando a José Antonio Meade no remontar en las encuestas y quedarse a más de 30 puntos porcentuales de López Obrador. La percepción que las personas tenían de Meade era muy positiva, pero antes la circunstancia de ir abajo en las encuestas lo obligaron a cometer canalladas. Todo porque Peña Nieto no puso orden a tiempo en su casa.

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